Con la soga al cuello
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Hace unos meses, cuando Rodríguez Zapatero anunció el adelanto de las elecciones, fueron muchas las voces que gritaron que debía adelantar la fecha aún más. Parecía que el 20 de noviembre no llegaría nunca, que España se desintegraría y que no resistiría tanto tiempo de incertidumbre. Pues bien, ya está aquí el 20-N. ¿Y? ¿Ha pasado algo? No, no ha pasado nada. Nada de nada. Seguimos siendo un país con cinco millones de parados. Los bancos continúan embargando viviendas y echando a gente a la calle. Las empresas siguen con sus EREs, con sus suspensiones de pagos y los autónomos desapareciendo. Los indignados, que con tanta fuerza brotaron antes de las municipales, se han ido desinflando poco a poco porque también tienen que comer y se cansan de pasar frío. Europa sigue a lo suyo, ni nos rescata ni se olvida de nosotros. Nuestros políticos continúan viviendo en ‘Los Mundos de Yupi’, casi todos. Cada día aparecen más millones de déficit escondidos en los cajones de los ayuntamientos sin distinción en el color de quien gobierna. En fin, que todo sigue igual que hace seis meses.
¿Todo? ¡Todo no! La gente que hasta ahora ha podido aguantar con sus ahorros o con la ayuda de su familia y amigos está dejando de hacerlo. Muchos de los que tienen relación comercial con la administración están viendo como, gracias a los impagos de nuestros dirigentes, la soga que los bancos han colocado en sus cuellos se está estrechando.
¿Y ahora qué? Ahora a pasar tres semanas oyendo lo bueno que son todos y lo bien que lo van a hacer si les votas con la soga en tu pescuezo.
Publicado el 3 de noviembre de 2011 a las 22:15.