Volvemos como nos fuimos, con la austeridad a vueltas
Los partidos mayoritarios se han puesto de acuerdo para aprobar la modificación de la Constitución e incluir el tan traído y llevado ‘techo de gasto’. Eso está muy bien por dos motivos: para que se pongan de acuerdo y porque puede ser el principio del fin del chantaje nacionalista. A los convergentes les ha sentado como una patada en ‘sálvese la parte’, quizá, porque tienen el barbero a la puerta y las barbas sin remojar. ¿Se acuerdan cuando obligaron a Solbes a aumentarles el presupuesto de 7.000 a 11.000 millones de euros en los albores de la crisis? ¡Ellos también!
El problema de la austeridad no es pensar en generar menos déficit, sino en gastar menos ya que siempre se puede gastar más si se ingresa más. Ingresar más no es problema porque siempre nos pueden subir los impuestos y las tasas, como está pasando en muchos ayuntamientos. Tendremos que redefinir el modelo que podemos permitirnos porque está visto que lo que teníamos hasta ahora ha sido inviable. No puede haber aeropuertos allí donde al presidente de la Comunidad Autónoma o de la Diputación de turno se le ocurre. No puede haber palacio de congresos en todas las capitales de provincia. No puede haber cientos de televisiones municipales ni autonómicas con cargo a los presupuestos públicos. No se puede llegar a todos los sitios por autovía, AVE y avión a la vez.
Valladolid ha reducido en más de 300.000 euros la partida para estas fiestas, ¿nos lo pasaremos peor por ello? Seguro que no. Disfruten de estos días de austeridad pero salgan a la calle a divertirse. ¡Felices Fiestas!
Publicado el 1 de septiembre de 2011 a las 19:30.