Lo que nos quedará por ver con la Cajas
Lo que parecía ser 'un coser y cantar', un ejemplo de trabajo coordinado y responsable, se convierte cada día en más de lo mismo: 'quítate tu para ponerme yo'. La fusión de Caja Duero y Caja España vuelve a estar en el candelero a cuenta, en esta ocasión, de quién será el presidente. Lo que hasta ahora era todo negociación y consenso se ha ido al garete a cuenta del afán leonesista por ser más que nadie. Primero fue prohibir que el presidente fuera vallisoletano y ahora ha sido nombrar candidato al actual presidente de Caja España.
En la Junta esto a sentado como una patada en la barriga y en Salamanca no les quiero ni contar, sobre todo cuando se han enterado que 'el candidato' tiene una deuda de 42 millones de euros con Caja España, hecha pública por la entidad en 2008. Por si fuero poco el desmarque leonés, los salmantinos están más que molestos al enterarse de que el alcalde de León, Francisco Fernández, si volviese a la Caja tras dejar la política, percibiría la nada desdeñable cantidad de 106.084 euros, una cifra que en León ya ha provocado escándalo y que aparece reflejada en una comunicación interna firmada por el anterior director general de la entidad, Javier Ajenjo.
Con semejantes momios ¿cómo van a permitir los leoneses que la futura Caja caiga en manos de alguien que no sea de los suyos? ¡Ya puede quejarse amargamente León de la Riva! El error fue ceder en su día con la creación de Caja España, pero de lo que no tiene remedio ¿para qué darle vueltas? Esperemos que la Junta vuelva a poner cordura en el asunto porque de lo contrario: ¡vamos de culo!
Publicado el 8 de julio de 2010 a las 19:45.