La selección de balonmano saca partido de la relajación francesa
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"I believe. Pásalo". Eso es lo que decía un tweet enviado por el pivote Rubén Garabaya después del vibrante encuentro ante Francia. Todos aquellos que vieran el último partido de la primera fase del Mundial de Suecia entenderán a la perfección ese mensaje.
El peculiar sistema de competición obligaba a los de Valero Rivera a sacar algo positivo ante la campeona del mundo para partir con más posibilidades en la segunda fase. Enfrente, un equipo con tantos argumentos como para desanimar a cualquiera: Omeyer en la portería, Dinart en la defensa, Abalo y Guigou en los extremos y Karabatic, posiblemente el mejor jugador del mundo a fecha de hoy, inmerso en todas las suertes del juego.
La leyenda del equipo galo creó cierta timidez en el combinado español. Y eso, ante un conjunto tan fuerte se paga caro. Un parcial de 4-1 de salida marcó lo que fue el partido: Francia siempre por delante en el marcador, con cómodas ventajas que la hacían sentirse tranquila, poco exigida.
Llegó el tramo final del partido y el guión seguía siendo el mismo, sin embargo, en el ambiente flotaba algo: si España lograba reducir la ventaja, metería a su oponente en una situación nueva, algo que podría descolocarle. Y así fue. Chema Rodríguez, Maqueda y Cañellas dieron más fluidez al ataque, Juanín y Rocas comenzaron a hacer acto de presencia y Sterbik se acabó uniendo a la fiesta.
Se pudo ganar (Chema Rodríguez estrelló en el palo un contragolpe en el último minuto) pero también se pudo perder (magnífica parada de Sterbik ante su compañero de equipo Abalo), pero eso da igual. España está en la segunda fase con 3 puntos, aunque lo más importante es que su ánimo y confianza han seguido igual o más fortalecidas que si hubieran logrado un goleada.
Publicado el 21 de enero de 2011 a las 08:45.