Tiempo muerto

Exultante tras su triunfo en el Giro de Italia, Alberto Contador se apresuró a asegurar que no quería demostrar nada a nadie. Menos mal, pensarán sus rivales que no han podido más que sentirse afortunados por presenciar desde primera fila una exhibición de poderío y clase encima de una bicicleta.

Contrariamente a lo que dice Contador, el pinteño estaba ante una gran ocasión para despejar las dudas, para reivindicar su gran fuerza en vueltas de tres semanas. Subió al infierno del Etna para hacerse con la maglia rosa en la novena jornada. Eso suponía someterse todos y cada uno de los días controles antidopaje, es decir, colocarse en primera línea de fuego. No hay recursos jurídicos ni argumentos que ratifiquen su presunta inocencia de mejor forma.

Desde esa novena etapa, en cada puerto, en cada rampa en la que se podía poner en duda su liderazgo, surgía el de Pinto para dar un golpe encima de la mesa. Fueron tantas sus demostraciones que a los otros candidatos como Nibali o Scarponi se les quitaron las ganas de discutirle la maglia rosa. Lo suyo ha sido una verdadera lección de principio a fin y con ello ha logrado que se hable única y exclusivamente de ciclismo. Enhorabuena Contador.

Publicado el 30 de mayo de 2011 a las 20:45.

El durísimo recorrido del Giro de Italia guardaba una sorpresa para los favoritos después de la jornada de descanso del lunes: Una cronoescalada de apenas 12 kilómetros pero que tras un pequeño tramo llano incluía rampas de incluso el 14% de pendiente.

Podía ser una de las últimas oportunidades para saber si Contador seguirá vestido de rosa el domingo o no y el pinteño no dejó lugar a las dudas. Fue el último en salir por su condición de líder de la ronda italiana y a pesar de que su tiempo en uno de los primeros puntos intermedios era peor que el de Scarponi y Nibali, Contador tiró una vez más de galones para dar un golpe casi definitivo a este Giro.

Contador podría haber jugado con la ventaja lograda en las pasadas etapas de montaña, pero el pinteño sacó a relucir su orgullo, tan herido en los últimos meses, para ganar la etapa con un tiempo brutal, 34 segundos mejor que el de Vincenzo Nibali. Si no pasa nada extraño, Contador ganará su segundo Giro. Seguro que ahora sus rivales habrían preferido que el número uno del ciclismo actual no hubiera llegado enrabietado a la ronda transalpina.

Publicado el 24 de mayo de 2011 a las 17:15.

Se esperaba que la edición de 2011 del Giro de Italia fuera la que colocara de nuevo a Contador en lo más alto del ciclismo mundial, o la que devolviera a los espectadores esas tardes de espectáculo pegados al televisor. Sin embargo, cuando sólo se llevan tres etapas disputadas la triste noticia es la muerte de Wouter Weylandt.

El corredor del Leopard Trek sufrió unas graves lesiones tras la caída durante el descenso del Passo del Bocco. A pesar de las labores de los servicios médicos, este ciclista belga de 26 años moría pocos minutos después del final de la etapa, ampliando una leyenda negra del ciclismo que integran nombres como Fabio Casartelli, Andrei Kivilev o el español Isaac Gálvez.

Pero lo peor sin duda son esos medios que han dejado a un lado la ética para emitir las desgarradoras imágenes de Weylandt caído sobre el asfalto, con el rostro empapado en sangre y un médico intentando de forma estéril reanimarle. Creo que informativamente aportaban poco esas duras imágenes y que en situaciones como éstas deberían imperar la cordura, el sentido común y la ética.

Esperemos que la muerte de Weylandt sirva de reflexión a los organizadores de las carreras que a veces incluyen descensos buscando el espectáculo sin tener en cuenta la seguridad y también que algunos medios se paren durante un instante a pensar si vale la pena emitir unas imágenes en las que un hombre se debate entre la vida y la muerte.

Publicado el 9 de mayo de 2011 a las 17:30.

Hubo un tiempo en el que hablar del Giro de Italia era sinónimo de espectáculo. Cimas com el Mortirolo seleccionaban a los mejores ciclistas del pelotón y engachaban a los aficionados de este deporte. Los duelos entre Indurain y el ruso Berzin dotaron de un interés en nuestro país por la ronda italiana que con el paso de los años pareció caer en el olvido.

La sombra del dopaje, la fuga de patrocinadores o una mala campaña de marketing; no se sabe cuál ha sido la causa, pero lo cierto es que, comprobando el recorrido de esta edición del Giro, no se entiende que esta gran vuelta no esté como mínimo a la altura del Tour. La 15ª etapa con final en el Monte Zocolan congregó a 100.000 personas en las cunetas por donde transcurría la prueba. Túneles sin luz suficiente o numerosos aficionados en la recta de meta pocos minutos antes de que termine la etapa son unos símbolos del caos organizativo que, sin embargo, como por arte de magia se subsanan inmediatamente.

La carrerra sólo se puede seguir en España este año a través de un canal de TDT (Veo7). En otras ediciones, el Giro parece haber sido una carrera fantasma. Sólo la victoria de Alberto Contador en 2008 levantó algo de expectación entre los medios y los aficionados. Este año ha sido otro corredor español, David Arroyo, quien ha llamado a la puerta para recordarnos que en Italia sigue disputándose una ronda preciosa. El viernes el Mortirolo y el sábado el Forcola de Livigno dictarán sentencia en la general, pero más allá de la posible victoria de Arroyo, el gran triunfador es el ciclismo. Larga vida al Giro.

Publicado el 26 de mayo de 2010 a las 17:30.