Estamos a falta de pocos días para que entre el mes de agosto y con él, regrese el fútbol de competición: Supercopa de España y de Europa, Liga, previa de la Liga de Campeones... Sin embargo, hay un club español como el Atlético de Madrid, tan peculiar que se ha visto obligado a comenzar su andadura en la Europa League en el mes de julio.
El gen del sufrimiento siempre ha formado parte del ADN rojiblanco. Por eso, los triunfos poseen un sabor especial para los aficionados colchoneros. El Atlético puso a prueba su grandeza y, sin haber hecho un encuentro brillante, pasó el examen en la prórroga. Cuando Benayoun puso el 2-0 durante la prórroga, todavía quedaban mucho partido. Minuto 101. Balón largo hacia Reyes, que se lleva el esférico en el salto. Éste la pica hacia el área, donde está Forlán. El uruguayo siempre aparece cuando se le necesita. Diego coloca el balón en la red. Después, hubo que aguantar 29 minutos más.
Jugadores y cuerpo técnico se emocionaron en Anfield Road, cientos de aficionados acudieron a Neptuno para celebrarlo y el sonido de los cláxones en la Gran Vía madrileña, tomada por conductores rojiblancos, evidenciaba la alegría futbolística. El próximo 12 de mayo, el Atlético inicia el camino hacia el doblete en Hamburgo con el Fulham como adversario. Los ingleses se cargaron a quienes tenían previsto jugar la final como anfitriones con un 2-1, después del 0-0 en la ida.
A Noguerol no se le va a olvidar este partido en la vida. Evidentemente, los futbolistas cometen errores como cualquier ser humano, pero pocas veces uno tuvo tanta repercusión. Minuto 26 de partido. Al central celeste le llega un balón aparentemente sencillo, a medio camino entre el área propia y el centro del campo. Siente el peligro. Toca mal. Tan mal que aquello se convierte en un pase para el delantero uruguayo, que, con su velocidad habitual, supera a Noguerol y bate por bajo a Yoel. Menudo jarro de agua fría. Al Atlético de Madrid le habían entregado un maravilloso guión. El Celta tenía que apretar y los de Quique Sánchez Flores sólo debían aguantar el resultado. El gol atlético alternó la génetica del encuentro, cuyo arranque demostraba la importancia del choque para ambos conjuntos, muy 'serios' sobre el césped de Balaídos. El Celta no renunciaba a su 'fútbol de balón', mezclado con el espíritu guerrillero de Segunda, y el Atlético daba sustos impulsivos.
Con el 0-1 de Forlán, los celestes perdieron un poco el norte, con el aliento de un estadio casi lleno, una escena que casi no se recordaba en Vigo. Sin embargo, poco a poco, el equipo de Eusebio volvió a tomarle el pulso al partido, aunque los rojiblancos lo tenían todo a favor. El Celta toca, pero, insistimos, le falta un delantero con un decente olfato de gol o esa capacidad para tener varios jugadores al remate cuando Abalo, Botelho, Toni o quien sea lleguen por banda. Asimismo, hubo muchos centros sin destinatarios, como si fuesen loterías que uno sella para ver si la suerte envía una sonrisa.
El Atlético de Madrid pudo golear durante la segunda parte, porque tuvieron numerosas opciones francas ante Yoel, pero los locales salían airosos de cada contra. La posesión nunca tuvo color rojiblanco, pero había muchos espacios debido a las prisas locales por anotar el tanto deseado que igualase la eliminatoria. La entrada de Joselu le dio otro aire al ataque vigués, se movió muy bien entre líneas, pero no acertó a definir en los últimos metros. Trashorras se creció con el paso de los minutos. Inventó un pase imposible al área que Abalo no consiguió rematar. Hubo quien pidió penalti. Además, marcó de falta un gol anulado por el colegiado. Estaban tomando notas. El Celta se vació y Joselu, con un cabezazo al larguero, estuvo a punto de lograr el empate después de una jugada alucinante por la línea de fondo. Sentó al defensa. La picó de forma exquisita con el exterior. Al larguero.
El 'Kun' Agüero y, sobre todo, Forlán, seguían a lo suyo. El uruguayo tiene mucha clase. Ayer andaba con la pólvora mojada, pero un certero disparo fue suficiente. Los rojiblancos perdieron todo el tiempo del mundo con cambios, supuestas lesiones y demás detalles. Lograron lo que buscaban. Están en semifinales y tienen muchas opciones de ganar la Copa. Para el Celta, se acabó un sueño. El conjunto de Eusebio debe volver a su realidad con la frente alta. Así, por este camino algún día volverá al sitio que le corresponde.
Publicado el 29 de enero de 2010 a las 11:00.
El eterno suplente
El míster te mira. ¿Vas a salir?, dice. Desde el banquillo, uno también juega su particular partido. Hablas, organizas, gritas, sufres, encestas, tiras a portería, sueltas un revés o cambias de marcha al llegar a la curva más peligrosa del circuito. No eres el protagonista ante las cámaras, pero te sientes vivo porque eres un loco del deporte. El deporte mueve masas y es un gran espejo para el ser humano que busca emociones fuertes y no entiende de límites.