El factor cancha acabó siendo decisivo y el Caja Laboral será el rival del Regal Barcelona en la final de la Liga ACB. Perder en el Buesa Arena puede sucederle a cualquiera, pero cerrar un año en blanco y con la sensación de no haber dado la talla es una losa demasiado pesada en el Real Madrid como para no hablar de fracaso.
Ettore Messina dijo que no era el momento de hacer balance. El italiano tiró de experiencia para eludir un debate necesario para que el club blanco reverdezca laureles. Lejos de la austeridad y el olvido de otros años, el club fichó a Hansen, Kaukenas, Prigioni, Garbajosa, Dasic, Almond, Jaric, Vidal, Lavrinovic y Tomic; formando una plantilla cuyo objetivo era llegar a la 'Final Four'.
Caer en una serie a cinco partido con el Barça en la Euroliga es legítimo, pero el equipo no dio la talla cuando tenía en su mano acabar primero de grupo y evitar a la bestia azulgrana. En la Liga pasó algo similar cuando perdieron en casa ante el Caja Laboral con el segundo puesto en juego.
Ahora parece que Sergio Rodríguez llegara a la disciplina blanca para minimizar el impacto de la eliminación en la ACB. Con Prigioni y Llull en el puesto de base, cabe preguntarse si era un fichaje necesario. El canario aportará fantasía en el ataque blanco, pero sus lagunas en defensa disparan las dudas en torno a si Messina ha dado el visto bueno al fichaje. Por menos argumentos se discutió a Joan Plaza...
El Real Madrid ha perdido el primer partido de los cuartos de final por el título en la serie a tres encuentros que le enfrenta al Cajasol. Los blancos han caído en el Palacio Vistalegre, su propia pista, frente al conjunto entrenado por Joan Plaza, ex técnico madridista por 60 a 66. Los chicos de Messina chocaron contra la exigente defensa sevillana y no encontraron la calma necesaria para conseguir esta importante victoria.
Cajasol se puso por delante en el tercer cuarto y, liderados por Savanovic (19 puntos y 28 de valoración) o Miso (un triple decisivo con 51-58 y una bandeja fundamental), puso el 0-1 en la eliminatoria. "Es el peor momento de la temporada", ha señalado Ettore Messina, consciente de que el equipo blanco se puede quedar fuera del único título al que puede aspirar esta temporada a las primeras de cambio. El próximo sabádo (18:00 horas, La 2), el Real Madrid deberá ganar en Sevilla si no quiere caer eliminado.
Llegó este verano a la capital de España. Trajeado, con rostro serio, el laureado Ettore Messina sabía que estaba ante un reto bastante complicado. La sección de baloncesto del Real Madrid necesitaba un lavado de cara profundo, tal vez de tanto calado que no se podía llevar a cabo en sólo un año.
Pero por primera vez en mucho tiempo, un entrenador de baloncesto del Real Madrid tuvo todos los recursos económicos necesarios para hacer un equipo ganador. Llegaron Garbajosa, Kaukenas, Lavrinovic, Prigioni...un equipo a la medida del italiano. Ahora, la temporada está en su ecuador y la sensación que deja este conjunto es que cuando se enfrenta a un equipo grande no da la talla.
La guinda fue la Copa celebrada en Bilbao el pasado fin de semana. Todos se deshicieron en elogios cuando el Madrid se deshizo del DKV Joventut (un equipo con una plantilla con menos recursos) y vapuleó al Caja Laboral (muy mermado por las lesiones, sobre todo de Splitter), pero nadie se atrevió a criticar al italiano cuando el Barça se merendó a los blancos en la finalísima.
Desde este banquillo, sin los conocimientos necesarios para ser entrenador de baloncesto (dios me libre), la pregunta era clara: ¿dónde esta Bullock? Ante una defensa tan buena y tan imponente en la pintura, el primer recurso que se te pasa por la mente es echar mano de un tirador, pero 'Sweet Lou' ni se quitó el chándal. La cara del americano nada más terminar el partido era un poema.
Sin Supercopa, sin Copa y con el fantasma en el horizonte de jugarse su futuro en Europa ante esta bestia llamada Barça, el Madrid ve muy negro el futuro. En temporadas anteriores Joan Plaza era el chivo expiatorio en los fracasos de los blancos. Sin el curriculum de Messina, el catalán hizo campeón a los madridistas en su primer año y después vio como en muchas ocasiones se faltaba al respeto en su trabajo. Ahora, su sucesor goza de más crédito y confianza, ya veremos si de forma ilimitada.
El Regal Barcelona se impuso con una superioridad insultante al Real Madrid en la gran final de la Copa del Rey de baloncesto, que se ha disputado desde el pasado jueves en el Bizkaia Bilbao Arena de Bilbao. Fran Vázquez, pívot azulgrana, fue elegido MVP del torneo. Pese a la emoción del formato, esta edición no se ha caracterizado por las sorpresas, ya que todos los resultados han formado parte de lo previsto, aunque las diferencias en algunos choques hayan sido un tanto surrealistas, como sucedió este domingo en el partido decisivo por el título.
Los blancos se las prometían felices tras su contundente victoria de los blancos ante Caja Laboral por 28 puntos. Daba la impresión de que iban a por todas. El primer cuarto estuvo marcado por una emocionante igualdad. Constantes cambios tácticos y de jugadores demostraban la riqueza baloncestística del encuentro. Los primeros diez minutos finalizaron con un 19-16 en el marcador.
El presidente madridista, Florentino Pérez, observaba desde el palco las evoluciones de un conjunto configurado a base de talonario, al antojo de Messina, y cuyo esfuerzo económico-deportivo necesita como mínimo un título para evitar la frustración. Este Real Madrid posee grandes jugadores y recursos de todo tipo, pero su entrenador no los está exprimiendo de la mejor manera. ¿Qué pasa con Bullock? ¿Y con Sergi Vidal? El reparto de minutos y roles ofrece muchas dudas. Además, el símil futbolístico tiene mucho sentido en esta situación, porque se enfrentaban sobre la pista dos equipos bien distintos: uno más hecho, el azulgrana, y otro en plena construcción, el blanco.
El segundo cuarto hizo mucha 'pupa' a los chicos de Messina. El Regal Barça apretó las clavijas en defensa, las piezas de Xavi Pascual enseñaban su autoestima en la cancha y los madridistas perdieron el norte. Con un 21-9 de parcial, el cuadro barcelonista se marchó con 14 puntos de ventaja al descanso (40-26). Los siguientes minutos fueron una losa para el Real Madrid, espeso en la circulación y negado de cara al aro contrario. El Regal Barça seguía ofreciendo un excelente rendimiento defensivo y en ataque entraban por todas las partes, las metían de todos los colores.
Los pivots barcelonistas se comieron a sus rivales. Sobre todo, Fran Vázquez, MVP de la Copa, dueño y señor de las situaciones existentes en ambas zonas, bien secundado por Lorbek. Ricky Rubio dirigía con maestría a los suyos y todos bailaban al ritmo del 'principito'. El parcial del tercer cuarto hablaba por sí solo: 24-12. A falta de diez minutos para el término del choque, 60-38 para los de Pascual.
Menos mal que Llull y Reyes tiraron de orgullo para maquillar el resultado, porque parecía una misión imposible que el Real Madrid llegase a los 50 puntos y perdiese por menos de 30. El partido estaba más que decidido. Si no hubiese televisión, seguramente Messina se habría callado en alguno de los tiempos muertos porque cualquier discurso caía en saco roto.
Los 19 puntos de diferencia demuestran la distancia sideral existente entre dos equipos cuyo único punto de grandeza en común durante los tiempos actuales se ciñe más al nombre de sus clubes que a la grandeza baloncestística ratificada semana tras semana sobre la cancha.
Publicado el 22 de febrero de 2010 a las 09:00.
El eterno suplente
El míster te mira. ¿Vas a salir?, dice. Desde el banquillo, uno también juega su particular partido. Hablas, organizas, gritas, sufres, encestas, tiras a portería, sueltas un revés o cambias de marcha al llegar a la curva más peligrosa del circuito. No eres el protagonista ante las cámaras, pero te sientes vivo porque eres un loco del deporte. El deporte mueve masas y es un gran espejo para el ser humano que busca emociones fuertes y no entiende de límites.