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John Carlin recibe esta pregunta profunda durante una charla virtual. "¿Qué tiene el deporte que puede hacer gritar de pasión a dos personas que provienen de sustratos sociales totalmente diferentes?". Ni corto ni perezoso, este notable periodista y escritor va directo al grano. "El espectador comprometido en un acontecimiento deportivo es un ser que suspende la razón y da rienda suelta a sus emociones, a la parte más primaria y tribal de su ser. Eso lo tenemos todos independientemente de nuestro estrato social, raza, religión, o lo que sea". El cincuento por ciento de nuestro eterno suplente asiente con la cabeza. El otro cincuenta seguro que piensa lo mismo en cuanto se lea la respuesta.
La fuerza del deporte es descomunal y su relación con los símbolos, las banderas o el sentimiento de pertenencia a un colectivo constituyen un hecho constatado. Nelson Mandela fue el prisionero número 466/64 durante 27 años. Cuando salió de la cárcel, alcanzó la presidencia de Sudáfrica. Entonces, encontró en el rugby una fórmula ingeniosa para unir a un país dividido por el famoso 'apartheid' entre blanco y negros. ¿Conocen la historia? Carlin la ha utilizado para la publicación de 'El Factor Humano', que ahora ha llevado al cine Clint Eastwood. El pasado miércoles estuve en el pase de prensa y me cayeron las lágrimas al ver el filme. Cuántas emociones. Cuántas verdades. La estrategia política que envuelve a 'Invictus' transmite la esencia del deporte y de la vida. Vayan a verla, por favor.
Publicado el 21 de enero de 2010 a las 11:00.