Macedonia, desmontando las mentiras del Eurobasket
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Ayer, a eso de las 21:45 horas muchos aficionados franceses se acordarían de la absurda decisión de su selección de no competirle el último partido de la segunda fase. La razón del combinado galo estribaba en evitar a Lituania en unas hipotéticas semifinales, tal vez sin caer en que la exhibición que dio España ante los bálticos en la ronda anterior respondía a un nivel superlativo de los de Scariolo pero también a que los anfitriones no eran tan fieros como los pintaban.
Como sucede en algunos torneos como el Mundial de clubes de fútbol, hay una teoría generalizada que aboga por contar única y exclusivamente con los equipos más potentes, dejando a un lado a los más modestos, obviando que con un Eurobasket de 24 selecciones se abre la puerta a que la Finlandia, Georgia o Macedonia de turno dé una sorpresa y le ponga salsa picante al asunto. Si estas selecciones se hacen asiduas a la cita continental, su nivel competitivo crecerá año tras año y la película de este torneo pasará a tener un final tan sorprendente como del Seven.
Muchos aficionados españoles se frotan las manos ante el emparejamiento de semifinales y parece que hay motivos para ello. Pero no conviene perder la perspectiva histórica y recordar que Angola en el 92 o Rusia en la final de la Eurobasket de 2007 ya nos demostraron que la confianza puede llegar a ser el peor enemigo. De eso también puede dar fe Lituania, quien dio una auténtica exhibición de lo que no se debe hacer en los minutos finales de una cita de este calibre.
Hasta que este viernes salte al parqué para medirse a España, proclamo que viva la valentía de McCalebb, la garra de Antic y todo el descaro de una Macedonia que ha demostrado que esto del baloncesto no es un coto cerrado a las potencias tradicionales.
Publicado el 15 de septiembre de 2011 a las 12:00.