La autocomplacencia, el peor enemigo de la selección sub-21
Archivado en: selección española, Europeo sub21
El debut de la 'Rojita' en el Europeo sub-21 que se está celebrando en Dinamarca se saldó con un empate a uno que deja a los de Luis Milla en la obligación de sacar al menos un empate en la cita de este miércoles ante República Checa. El resultado que en un principio podría parecer bueno ante el potencial de Inglaterra, dejó un mal sabor de boca después de los méritos acumulados durante el partido por unos y otros.
La primera conclusión parece clara: hay un problema en el puesto de delantero. Si en el resto de líneas la cantidad y calidad están fuera de toda duda, en la línea de ataque surgen muchas incógnitas. El titular ante Inglaterra fue Adrián, un jugador que se maneja mejor como segundo punta que como referencia, una apreciación que podría extrapolarse a Bojan Krkic. Ante el gran caudal de juego que generan los Thiago, Ander, Mata y compañía, se echa en falta un '9' que convierta en goles todo ese juego combinativo.
Pero esto no debería servir para ocultar otra conclusión preocupante que dejó el partido. En ocasiones, España se ensimismó con su juego. Con Thiago, Javi Martínez y Ander y después Parejo, el control del esférico estaba casi asegurado. Inglaterra se limitó a correr detrás de la pelota. Pero en este deporte, un alto porcentaje de posesión no siempre se traduce en una victoria. El número de pases no fue proporcional a las ocasiones de gol generadas por los de Milla. De hecho, el único tanto llegó a balón parado, en una jugada cuyo mérito recae la pizarra del seleccionador español. Ahora toca reflexionar y hacer examen de conciencia para pulir defectos de cara a la segunda cita del campeonato.
Publicado el 13 de junio de 2011 a las 18:00.