Contador y Armstrong, otra vez bajo la sombra del dopaje
Definitivamente, el ciclismo parece herido de muerte. Mientras este deporte se desangra en la cuneta de una carretera, las aves carroñeras parecen decididas a devorar toda la carne aunque el cadáver aún está fresco. El último golpe ha llegado con la filtración de un medio tan serio y creíble como L'Equipe. El diario francés publica una lista en la que salvo un grupo selecto de corredores deja en un lugar complicado a un gran número de participantes en el pasado Tour de Francia.
El problema es que no se habla de positivos por dopaje, sino de sospechosos. Al parecer, la UCI aplicaba un baremo de 0 a 10 para realizar una lista de los ciclistas que podrían estar implicados en prácticas antideportivas. Una vez más, la sospecha y la acusación ganan el terreno a la inocencia y a la verdad.
Sería un buen momento para que la UCI diera la cara y demostrara de una vez por todas que han sacado a las zorras del gallinero que ellos manejan. Porque no conviene olvidar que cuando la UCI habla de dopaje, indirectamente está reconociendo que alguno de los inquilinos de su casa se está saltando las normas. Si se acaba demostrando que Contador es inocente en su presunto caso de clembuterol, ¿quién le pagará al español todo el daño moral causado? Parece que resulta demasiado sencillo echar mierda sobre el ciclismo. Rara vez tienen consecuencias las acusaciones. Si el objetivo era acabar con este deporte, enhorabuena, creo que han acabado consiguiéndolo.
Publicado el 13 de mayo de 2011 a las 12:15.