Tiempo muerto

"Es el heredero de Pep Guardiola". Esa etiqueta que pudiera parecer un halago, se trataba de un caramelo envenenado que podría haber dado al traste con la carrera de cualquier jugador. Sin embargo, Xavi Hernández no es un futbolista cualquiera. Pocos podían apostar que ese joven mediocentro bajito que debutaba en el primer equipo azulgrana en octubre de 1998 de la mano de Louis Van Gaal iba a llegar donde está hoy.

Sus comienzos fueron prometedores tanto en las categorías inferiores azulgranas como en las de la selección. Bastaron un par de partidos en aquel Mundial sub-20 mágico de Nigeria para saber que la selección tenía en ese jugador al organizador del futuro. Sí, era el discípulo de Guardiola, pero se trataba de un alumno aventajado. No se limitaba a ser el canalizador de juego. Adelantándose a los tiempos que se avecinaban, Xavi empezó a sumar a su catálogo llegadas al área y pases decisivos cerca de la portería contraria.

Sin embargo, para llegar a la gloria hay que arriesgar y nadie mejor que Xavi puede decirlo. El propio Iker Casillas dijo ayer en rueda de prensa que ahora lo fácil es sumarse al carro de los halagos hacia el '6' del Barça y tiene toda la razón del mundo. Uno echa la vista atrás y recuerda ese comienzo de siglo tan decadente en el Barcelona. Con Gaspart en la presidencia y numerosos entrenadores en el banquillo, el club culé iba hacia la deriva. Guardiola, Rivaldo... todos los emblemas se iban por la puerta de atrás.

Pero de todos los tiempos de crisis siempre surge algo bueno. Jugadores como Puyol o Xavi permanecieron contra viento y marea, ajenos a las críticas, para forjar las bases del equipo que hoy domina el 'planeta fútbol'. No hace falta irse tan atrás en el tiempo para entender lo que ha sufrido 'Pelopo' (como le conocen sus compañeros). Acaba la temporada 2007-2008 y el Barça venía de sufrir la humillación de hacer el pasillo al eterno rival y de firmar un año en blanco que presagiaba tiempos de cambio en Can Barça. Se fue Rijkaard, Ronaldinho y Eto'o también preparaban las maletas y ante la más que presumible llegada de José Mourinho muchos pusieron en duda el papel de Xavi.

Lejos de hundirse, el egarense sacó lo mejor de sí mismo, primero en la Eurocopa (en la que fue elegido mejor jugador) y después con el Barça de los seis títulos. Por todo esto y por su calidad humana, Xavi llega esta noche a los cien partidos con la selección con el reconocimiento de ser el mejor del mundo en su posición. "Yo no gano Balones de Oro, los fabrico", dijo en su día. No hace falta que un comité de supuestos sabios le reconozca lo que todo el mundo sabe: la selección ha llegado a las más altas cotas y a ganarse la admiración de todo el mundo por el papel imprescindible de Xavi, no por el de otros que pueden presumir de títulos individuales pero no de un reconocimiento tan unánime como el que tiene el 'cerebro' de la 'Roja'.

Publicado el 25 de marzo de 2011 a las 08:45.