Tiempo muerto

Sin lugar a dudas, la pista de Luge de Whistler carece de la seguridad mínima exigible en cualquier evento deportivo. Un pequeño error humano no debiera costarle la vida a nadie,sobre todo cuando es fácilmente evitable y cuando el jóven deportista sólo contaba con 21 años. Los responsables de esa muerte tienen nombre y apellidos y desgraciadamente saldrán indemnes. ¿Cómo es posible que alguien diseñara una pista con vigas de acero a la salida de una curva donde se alcanzan velocidades de 150km/h? ¿Cómo es posible que las administraciones y el comité encargado de la seguridad de la pista pudiera pasar por alto tan flagrante falta de seguridad? ¿Quién a permitido que se celebrase la competición sin tener la molestia de cubrir al menos con un panel de protección todas las vigas? Mas indignante me parece aún que un competidor dijera tras su fallecimiento que la pista es segura. ¿Cómo es posible que pueda considerarse segura una pista donde existe, aunque sea mínima, una posibilidad de perder la vida o resultar herido gravemente? ¿Ácaso es necesaria una investigación cuando las deficiencias son evidentes? ¿Cómo puede haber alguien tan insensato de pretender que el único causante de la muerte fué el deportista?. Lo que sucedió se llama homicidio involuntario y se debe aplicar la ley a todos cuantos tuvieron alguna responsabilidad en la adecuación y seguridad de la pista.