Archivado en: Toros, taurino, El Sombrerero
El Sombrerero es el nombre artístico de Manuel Ocaña, un novillero natural de Alcaudete (Jaén) que en la actualidad tiene 25 años y que debutó con picadores en 2001; en la temporada 2007 hizo 29 actuaciones y en la 2008, 31 paseíllos -o sea que no es nuevo- y estaba contratado para actuar en Madrid en la tarde del domingo 22 de marzo. Esto, hasta aquí no es noticia; la noticia es que el pasado día 10 a eso del mediodía, el susodicho se pasó por las oficinas de ANOET (Asociación Nacional de Organizadores de Espectáculos Taurinos) provisto al parecer de una barra de hierro o bate de béisbol (no está claro el aparejo) y después de invitar a abandonar las salas a cuatro señoritas trabajadoras, parece ser también, que la emprendió a golpes, cual tío de la vara (esto es cosecha de mi amigo Gonzalo) con todo lo que encontró a su paso: mesas, sillas, ordenadores... o sea que arremetió contra la sede que acoge a los que le contratan. El motivo, siempre parece ser, es que la Comisión de vigilancia, seguimiento y control del Convenio Nacional Taurino le denegó el visado del contrato después de haberle solicitado documentación previa a los ejercicios profesionales de 2007 y 2008. Esta documentación hace referencia a las copias de las liquidaciones que acrediten que en anteriores actuaciones percibió los mínimos establecidos en el Convenio, el justificante de que pagó a la cuadrilla y el justificante de depósito en la Agencia Tributaria de las correspondientes retenciones (Mod.110).
El problema viene ahora: si no cobraba los mínimos establecidos, ¿cómo iba a pagar a la cuadrilla y mucho menos depositar las retenciones en la A. T.? .Viene esto a poner sobre la mesa un problema no por antiguo menos conocido, que es la desvergüenza de algunos empresarios, que contratan matadores de toros a los que no pagan, o les pagan con un abrazo y el tan taurino ¡"me alegro verte"! , y en el caso de los novilleros que no sólo no cobran ni los gastos sino que pagan por torear, y además les hacen firmar un justificante como si hubieran percibido los mínimos de Convenio, por lo que luego no pueden demostrar que no han cobrado. Estos toreros jóvenes, que lo que quieren es torear firman todo lo que les pongan por delante con tal hacerlo y los problemas vienen después. Los casos de no cobrar y/o de pagar por torear es el pan de cada día sobretodo con la gente que empieza. En los pueblos en los que los Ayuntamientos subvencionan los festejos, el beneficio del empresario golfo es triple, pues cobra del Ayuntamiento, de la taquilla y de los toreros. El negocio es redondo y encima el novillero firma el documento como si hubiera cobrado lo cual es necesario para que la Comisión de Seguimiento le firme los visados para la siguiente actuación. Pero, claro, a la Comisión no le basta únicamente con el Certificado, pues a continuación exige las liquidaciones a la cuadrilla y a la A. T. El nuevo Convenio Colectivo Nacional recién aprobado trata de subsanar estos problemas ya que en su Art.5, apartado K, obliga al depósito previo a cargo de la empresa organizadora de los honorarios mínimos correspondientes a los actuantes del festejo en el caso de que dicho empresario haya incurrido en algún impago anterior. La intención es buena y la redacción es clara, pero veremos qué trampas se inventan para seguir golfeando como hasta ahora.
Lo de El Sombrerero lo contamos por lo de los destrozos, no por no cobrar, que esto pasa cada día. En la misma novillada de Madrid del día 22 estaba anunciado otro novillero, Alejandro Parralo, que no podrá actuar por la misma circunstancia. Ambos han sido ya sustituidos. Peor suerte ha tenido la corrida de toros de La Flecha programada para el pasado fin de semana en la localidad vallisoletana de Arroyo de la Encomienda en la que iban a actuar El Cordobés, Francisco Rivera y Mario Campillo y que fue suspendida porque el matador Mario Campillo estaba en la misma situación que El Sombrerero (pero sin destrozos). Los hechos aquí quedan plasmados; ahora hay que ver quién pone coto a esta desvergüenza. El Sombrerero además de pagar por los destrozos que presuntamente ha causado, debe de cumplir una orden de alejamiento que el Sr. Juez le ha impuesto, de 500 metros a la redonda de la sede de ANOET. ¿Cómo hará entonces para llevar los papeles para firmar su próximo contrato...?
Publicado el 19 de marzo de 2009 a las 11:00.