... Y ahora Ecuador
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Rafael Correa, presidente de Ecuador, pretende prohibir las corridas de toros en la República ecuatoriana. Así de escueta es la noticia. Primero ha sido el zumbao venezolano el que de forma solapada pero real ha prohibido las corridas de toros en el sensacional circo de Caracas; le gustaría acabar también con las magníficas ferias de Valencia, San Cristóbal y Mérida pero me temo que esto no va a ser posible. La presión popular es tan fuerte que hasta él se acojona y tiene pánico a meterse en ese charco. En la capital, Caracas, es diferente ;a pesar de la tradición taurina caraqueña comenzada con los recordados hermanos Girón(César, Curro, Efrain y Rafael), la gente tiene ahora otras preocupaciones. En Colombia no han podido tumbar( por ahora) la fiesta de los toros; en Venezuela, han podido parcialmente y ahora el caudillo de turno quiere cargársela en el país andino. Ecuador, principal país exportador de banana entre otras cosas , no por ello es una república bananera y la feria de Quito es una de las más importantes de América Latina y el trofeo Jesús del Gran Poder, uno de los trofeos más preciados por el que luchan los mejores toreros del escalafón. El tal Correa quiere hacer un referéndum en el país con una batería de diez preguntas en la que mezcla temas taurinos, de ocio, económicos y sociales, como vigilar a la prensa( opositora, se entiende)y controlar la justicia. No se sabe lo que quiere sacar de tal batiburrillo, lo único meridianamente claro es que quiere acabar con la fiesta de los toros. El público ecuatoriano, que comienza a estar harto como tantos otros de estos presidentes dictadorzuelos, ha dicho que nones; se ha echado a la calle masivamente y le ha dicho al encargado de turno que pregunte lo que quiera, pero que a los toros ni los toque. Eso, sin querer entrar en lo que económicamente significa para Quito su feria taurina, en la que se dan cita aficionados de todas nacionalidades y entre ellos muchos españoles. ¿Porqué no hace Correa un referéndum para prohibir los tontos?.Quizás se prohibiera a sí mismo. Un olé para el pueblo ecuatoriano que no ha consentido que le tomen el pelo, y un ejemplo a seguir en esta España, donde la fiesta de los toros se continúa llamando fiesta nacional, pero en el que la dejadez y desidia de todos empezando por los más directamente interesados va a acabar con ella sin necesidad de referéndum ni consultas de ningún tipo. Qué pena!
Publicado el 24 de enero de 2011 a las 12:30.