Feria de abril de Sevilla: pandemia
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Ha pasado ya el ecuador y lo más fuerte de la feria sevillana y el fiasco se ha confirmado: desastre ganadero en un ciclo en el que el empecinamiento de la empresa y el poco respeto a los aficionados han hecho que todo saliera tal como estaba previsto. La verdadera afición sevillana hace ya algún tiempo huyó de La Maestranza ante una Empresa entregada más al clientelismo festero que al mantenimiento de la Fiesta en los registros de lo que siempre fue Sevilla ,símbolo por antonomasia del toreo.
Al no previsto fiasco de Victorino, que arruinó el tan esperado mano a mano El Cid-Morante, se han unido los sí previstos de Juan Pedro Domecq, Puerto de San Lorenzo, Jandilla, El Torreón, Peñajara, Torrealta...en fin, toda una exhibición de descaste , falta de fuerza y mansedumbre: pandemia. Lo de Juan Pedro Domecq ya colma la paciencia de los más pacientes. Fracaso absoluto año tras año no sólo en Sevilla sino en la mayoría de las plazas donde lidia una ganadería que hace ya tiempo agotó su sangre brava , aunque el problema no sólo queda ahí, pues ese encaste extendido de forma desmesurada y ambiciosa por su propietario abocará al fracaso a más de un ganadero. Pero no se preocupen porque el próximo año volverá.
En el capítulo de toreros, ante el desastre ganadero era imposible que hubiera Puerta del Príncipe. Sí ha habido "talavantazo" y golpe de autoridad de Manzanares. Lo de Talavante es asombroso pues lo mismo está cumbre en Sevilla como desperdicia una tarde entera en Madrid; es como para pensárselo mucho no sea que su irregularidad sea responsabilidad de sus mentores, que lo estén llevando muy deprisa o de una forma poco conveniente. Sobre Manzanares sólo decir que es una figura del torero y que marcará una época. De Morante , nada más que estuvo más voluntarioso que de costumbre para justificarse en el torito de Juan Pedro al que toreó con el arte que él sólo posee, aunque si no hay toro- toro de verdad- los méritos se apagan por sí solos. De las consideradas figuras, Ponce no "estuvo" en ninguna de sus comparecencias, algo que no es de extrañar en este torero cuando se trata de plazas de responsabilidad; Ponce no puede con Sevilla o Sevilla no puede con Ponce, y así seguirá sucediendo año tras año porque el sufrido espectador sevillano- que no aficionado- traga con todo. El Juli se justificó a medias, pues no fue ni para tanto como hemos escuchado y visto ni para tan poco como para restarle méritos a su toreo técnico y quizás un poquito más reposado que de costumbre. Fracaso absoluto de El Cid tras cuatro tardes, si bien el ganado no le ayudó, pero se le vio con un ligero aire de impotencia como si no se estuviera jugando nada (o a lo mejor es que no se lo jugaba). De Rivera Ordóñez-el de la medalla - y Finito, los dos en su línea de regularidad: petardo tarde tras tarde, pero que no se preocupen los sevillanos porque también estos volverán. Bien sin más, Salvador Cortés, Luque y Luis Bolívar, un torero que va creciendo cada tarde y que ha cogido con responsabilidad el testigo de ser el sustituto de César Rincón.
Y poco más que contar de una feria montada de forma caprichosa y sin ningún criterio artístico, con injustificadas presencias tanto de ganaderos como de toreros e injustificables ausencias, José Tomás, Miguel Ángel Perera, Cayetano...Pero siga usted así, Sr.Canorea, que mientras Sevilla aguante se llevará usted sus buenos dividendos...pero ojo, sólo mientras aguante.
Publicado el 1 de mayo de 2009 a las 21:15.