VICTORINO MARTIN ANDRÉS
Nos ha dejado Victorino Martín, o simplemente Victorino. A los 88 años se ha ido para siempre desde su finca extremeña de Monteviejo. En su juventud, en su Galapagar natal, fue tabernero, lechero y panadero. Lo apodaron el "paleto de Galapagar", quizás para vengarse de sus éxitos- el apodo se lo pusieron cuando empezó a asustar al poder taurino establecido-, aunque de paleto tenía poco Victorino. Tenía más de avispado, listo e inteligente; tanto, que llegó a mandar en esto, cuando toda la vida los que mandaron fueron las figuras del toreo, el más cercano a nosotros, El Cordobés-el auténtico-.
Victorino no fue un ganadero de toreros ni de empresarios ni de veterinarios: lo fue de aficionados. Siempre mandó en lo que él llamaba "su producto", y allí, nadie extraño metía mano por más que lo intentaran; único en su profesión capaz de llenar plazas de toros.
Ya con 10 años se convirtió en el hombre de la casa, tras haber sido su padre fusilado en Paracuellos del Jarama.
Creador y criador de un encaste propio tuvo la virtud de llevar a la cima una ganadería que iba para el matadero : la de los hermanos Escudero Calvo, antes marqués de Albaserrada. a base de trabajo y tesón y con no pocas dificultades. Se peleó por la razón con todo el mundo pero el devenir de los hechos se la dio. Jamás un veedor pisó su finca: "esto es lo que hay". Las dificultades comienzan en su propia finca cuando un toro lo embistió hasta que se cansó de cornear la pieza o hasta que pudo zafarse arrojándose al río Árrago.
Peleó contra veterinarios cuando le acusaron de haber afeitado dos toros lidiados en la feria de Granada en 1.987. Peleó tanto que hasta logró cambiar el método de análisis de las astas. Sufrió entonces una auténtica persecución y extorsión que no sólo no aceptó sino que denunció por parte de los veterinarios a lo que él respondió con más y más éxitos. Toda la camada de 1.990 la lidió en Francia pues se negó a lidiar corrida alguna en España como respuesta a la actitud de los veterinarios granadinos
Hizo sus pinitos en el mundo del apoderamiento o más que apoderamiento, ayuda y consejero de toreros; así pasaron por sus enseñanzas, José Tomás, Miguel Abellán y Luis Bolívar. Dos veces se casó y de su primer matrimonio nacieron sus dos hijos, Ana Isabel y Victorino , éste último veterinario de profesión incorporado plenamente a la ganadería.
Es el único ganadero que ha ganado la Medalla de Oro de las Bellas Artes en 2014 y el Premio Nacional de Tauromaquia en 2016.
Duro e indomable como sus toros, honesto a carta cabal, criador de toros para aficionados, con un extraordinario sentido del humor, fueron muchas veladas que pasamos hablando de lo divino y lo humano. Mucho aprendimos de sus enseñanzas ganaderas que explicaba de forma tan sencilla y entendible. Nos ha dejado un ganadero de leyenda, no sólo en España sino también en Francia y América. Descanse en paz. Cañaveralejo, octubre ´17
Publicado el 4 de octubre de 2017 a las 15:45.