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En las vacaciones de Dashain de 2006, cuando llevamos a cabo nuestro primer proyecto en Bal Mandir, observamos que dos niñas se mostraban especialmente alegres: Sabitri y Nimu, de 10 y 12 años de edad respectivamente, y averiguamos que era porque sabían que iban a ser adoptadas, por una pareja alemana, la primera, e italiana la segunda. Cuando les preguntamos al respecto, ambas afirmaron que estaban felices al saber que pronto vivirían con sus respectivas familias, y pronunciaron algunas sencillas palabras en alemán e italiano.
En Dashain de 2007, nos sorprendió comprobar que Sabitri seguía en Bal Mandir, y pronto supimos que se habían interrumpido las adopciones desde Alemania, y la suya, a pesar de estar ya muy avanzada, no pudo concluirse. Todo el mundo en Bal Mandir comprendió que Sabitri había perdido su única oportunidad de formar parte de una familia como hija. Poco después Nepal suspendería las adopciones internacionales. Al menos Nimu había salido hacia Italia con sus nuevos padres, los mismos que habían adoptado a su único hermano, tres años menor que ella. En Nepal las adopciones son individuales, lo que ha implicado frecuentemente la separación de hermanos biológicos.
Sabitri
Sabitri ese año estaba triste, y apenas participó en nuestras actividades. Afortunadamente, en las siguientes ediciones del proyecto Sabitri ha vuelto a implicarse con entusiasmo en nuestras actividades.
En Dashain de 2009 mi sorpresa fue mayúscula al encontrarme en Bal Mandir con Nimu. Al principio pensé que estaría allí de visita con su familia, pero pronto se desvaneció mi suposición, y supe que Nimu había sido devuelta al orfanato, en realidad estaba recién llegada, pero no pude averiguar por qué. No tuve ocasión de hablar con ella más que fugazmente pero, por lo que me contaron sus amigas, supe que Nimu había olvidado completamente el nepalés en los dos años que había estado viviendo en Italia. No era capaz de leerlo, ni de escribirlo, y lo que era peor, ni siquiera podía comunicarse con las niñas y niños de Bal Mandir.
Este año he encontrado a Nimu totalmente integrada en el grupo de internos de Bal Mandir, siempre acompañada de algunas amigas, sonriente y participativa, tal y como yo la recordaba de la primera edición. Hoy mismo he tenido tiempo de hablar tranquilamente con ella, en inglés, y al fin he averiguado la razón de su regreso al orfanato. Cuando se incorporó a la familia, dos años después de su hermano, encontró tremendas dificultades en su relación con la madre. Con el padre se entendía bien, y con el hermano no tenía problemas pero, en cambio, la convivencia con la madre le resultaba cada vez más difícil, hasta que llegó a un punto en el que pidió a su padre que la llevara de vuelta a Nepal, y el padre debió de comprender que efectivamente no había manera de salvar la relación familiar, e hizo lo que la niña solicitada. Nimu afirma que la adaptación a la escuela en Italia fue dura, pero que el motivo principal de su regreso al orfanato fue la incompatibilidad con su madre.
Nimu tiene 16 años de edad. Ha vivido en Italia entre los 13 y los 15 años de edad. No se arrepiente de su decisión, y afirma que no desea regresar allí. No le importa haber abandonado el lujo y la comodidad, para regresar a la pobreza. Dice que en Bal Mandir se siente bien. Además, ahora más que nunca se siente orgullosa de ser de Nepal, y es aquí donde desea vivir.
José Luis Gutiérrez
Kathmandu, 4 de octubre de 2010
Publicado el 5 de octubre de 2010 a las 13:30.