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Kalpana, la chica ex Bal Mandir de 20 años de edad que colabora todos los años con nosotros en la realización de las actividades durante el Dashain, se está haciendo también responsable del seguimiento de las ayudas que desde España destinamos a la escolarización y el alojamiento de siete niñas y niños de Bal Mandir. Con esta iniciativa, pretendemos que los menores receptores de este apoyo estudien en buenos colegios y vivan en el internado de la propia escuela, de modo que pasen en el orfanato el menor tiempo posible, simplemente los periodos vacacionales.
Sudip fue el primer huérfano de Bal Mandir que se benefició de este tipo de becas. Gracias al dinero que recaudan todos los años los estudiantes del IES " Valle del Saja", de Cabezón de la Sal (Cantabria), desde hace ya más de dos años, Sudip estudia y vive en el Wilson Academy, una escuela que nos recomendó el propio director de Bal Mandir. Tras el primer año en dicho centro educativo, Sudip afirmó sentirse a gusto, por lo que, gracias a que numerosos amigos y amigas se sumaron a esta iniciativa, extendimos la ayuda a Susmita, Samjhana, Puja y Subas, a quienes enviamos también al Wilson Academy.
En Dashain de 2009 ya había transcurrido medio curso escolar. Aprovechamos nuestra estancia en Bal Mandir para tratar de averiguar el grado de satisfacción de los cinco menores con ese centro educativo, para lo cual, pedimos a Kalpana que hablara con cada uno de ellos confidencialmente, tratando de averiguar si de verdad estaban recibiendo buena educación, trato adecuado y comida de calidad. En ese momento deseábamos extender nuestra ayuda a dos menores más, y fue Kalpana quien se encargó de seleccionar a los más necesitados: Keshab y Janak, dos niños que habían llegado a Bal Mandir hacía ya más de seis meses, y todavía permanecían sin escolarizar. La propia Kalpana nos recomendó el New Shrine, una escuela en la que ella misma había estudiado. También había estado escolarizada en el Wilson Academy, por lo que podía comparar, y afirmaba que le gustaba mucho más el primero.
Kalpana empezó a recoger algunas tímidas quejas de Sudip, Subas, Susmita, Samjhna y Puja. Le pedimos que, sin descuidar sus propios estudios, tratará de visitar regularmente a los niños que teníamos escolarizados en ambas escuelas, y que indagara más acerca de esas quejas incipientes. Definitivamente los cinco niños y niñas de Wilson Academy no estaban conformes con el trato que recibían. Todos ellos decían sentirse discriminados por proceder de un orfanato. Pero además, afirmaban que la comida no era buena, lo cual, dicho por menores de Bal Mandir, nos pareció especialmente grave. Inmediatamente escribí al director hablándole de estas quejas, y solicitándole que para el siguiente curso académico, el 2010-2011, que en Nepal empezó en abril, escolarizara a Sudip, Subas, Susmita, Samjhna y Puja en el New Shrine, ya que Janak y Keshab se mostraban absolutamente felices con ese colegio.
El director de Bal Mandir estuvo eludiendo mis peticiones durante meses. Llegó el momento de escolarizar a los menores, y volvió a hacerlo en el Wilson Academy, en contra de nuestras indicaciones. La relación con Bal Mandir es extremadamente compleja, porque es un orfanato enorme, que además gestiona muchas otras sucursales; vive, como todo Nepal, continuamente aquejado de una gravísima crisis económica; y sobre sus dirigentes siempre flota la sospecha de corrupción.
No hicimos ningún nuevo ingreso para este curso académico. Los numerosos correos electrónicos que enviaba desde España no eran atendidos, por lo que confié en poder resolver la situación personalmente cuando llegáramos a Nepal. Algunos amigos más deseaban sumarse a esta especie de apadrinamientos, y tuvimos que dejarlos en espera, hasta saber si éramos capaces de encontrar una solución satisfactoria. Teníamos claro que preferiríamos gestionar nosotros directamente estas ayudas, lo que implicaba tener una relación directa con la escuela, y poder pagarles a ellos, sin la mediación del orfanato; pero los niños pertenecen a Bal Mandir, y son sus administradores los que tienen la capacidad decisoria acerca de todo lo que les afecta.
Este año, al poco de llegar a Kathmandu, visitamos la escuela de Janak y Keshab, y charlamos detenidamente con el matrimonio que lo dirige, con algunos profesores y con el contable, un joven ex Bal Mandir que se preocupa especialmente de sus "hermanos" y "hermanas". Todo nos causó muy buena impresión, aunque es cierto que también salimos contentos de nuestra visita al Wilson Academy el año pasado. Por otro lado, el director de Bal Mandir no aparecía por las oficinas, el subdirector nos dijo que estaba de vacaciones, pero escuchamos un rumor que decía que había abandonado el cargo. Explicamos al subdirector nuestra queja y nuestro deseo de cambiar inmediatamente a Sudip, Susmita, Samjhana, Subas y Puja al New Shrine. También le dijimos que en adelante deseábamos hacer los pagos directamente a la escuela. Nos dijo que tenía que consultarlo con sus superiores, y después de mucho insistir, finalmente nos ha dicho que estaba autorizado el cambio de escuela, y que nos permitían hacer los pagos directamente, sin su mediación.
Ya hemos comunicado a Sudip, Subas, Susmita, Samjhana y Puja que, al finalizar las vacaciones del Dashain, no tendrán que regresar al Wilson Academy, sino que irán al New Shrine, y todos se han alegrado.
José Luis Gutiérrez
Kathmandu, 12 de octubre de 2010
Publicado el 14 de octubre de 2010 a las 17:15.