Sara
Archivado en: Bal Mandir, Kathmandu, Nepal, Matruchhaya, orfanatos, cooperación, desarrollo, ONG
Hace ya varios días que llegamos a Madrid, pero mi mente aún vaga errática por los rincones sucios de Bal Mandir, rememorando olores desagradables, escuchando el eco de la algarabía de los niños y niñas de ese orfanato, pero también evocando sus imágenes como verdaderos iconos de bondad y belleza inigualable. Todavía no acierto a comprender cómo es posible que criaturas tan adorables tengan que criarse sin el afecto de unos padres, habiendo como hay tantas parejas deseosas de formar familia a través de la adopción. ¿Se pondrá fin algún día a esta ignominia?
Aunque somos conscientes de que no podemos curar la herida del abandono, ni compensar plenamente la falta de amor; nos hemos entregado sin reservas a estos menores, y hemos intentado que nuestro trabajo con ellos fuese lo más divertido y provechoso posible. De lo que no cabe duda es que en un solo mes, hemos dado y recibido más afecto del que habitualmente se intercambia en todo un año, y eso nos ha dejado un rescoldo en el corazón, que seguirá generando calor durante mucho tiempo. Espero que a ellos les dure también.
Salimos siete personas de Madrid, pero hemos regresado sólo seis. Sara se ha quedado en Bal Mandir, y permanecerá allí hasta Navidades, con la intención de apoyar a Pradip y a Michelle en su trabajo con las niñas con parálisis cerebral. Todos hemos comprendido que para Sara, que acaba de finalizar sus estudios de Bellas Artes, y está en ese momento crucial de la vida en el que ha de decidir hacia dónde encaminarse laboralmente, ésta es una magnífica ocasión para adentrarse en un ámbito profesional en el que la expresión artística es una herramienta de tremenda utilidad.
Por supuesto, esta prolongación de la estancia de Sara en Kathmandu no hubiera sido posible si Michelle, el educador especial profesional, no hubiera considerado provechosa su ayuda. También Pablo, que llegó a Kathmandu el pasado sábado, para hacer gestiones que permitan mejorar el trabajo de Dididai en Bal Mandir, respalda esta decisión, y los padres de Sara han expresado su conformidad.
En la última semana, Sara tomó la determinación de intentar permanecer allí. Logramos un aplazamiento de su billete de vuelta, con un coste adicional que la propia Sara ha asumido, y Michelle le ofreció darle alojamiento en una habitación del apartamento que Dididai ha alquilado para él. Además Dididai intentará conseguir algún tipo de ayuda para hacer menos gravosa económicamente la estancia de Sara; pero ella decidió que, aunque tuviera que pagarlo todo de su bolsillo, deseaba aprovechar esta ocasión.
No obstante, por encima de cualquier otra consideración, lo más importante es que la prolongación de la estancia de Sara beneficiará directamente a Lata, Roji, Nimi, Trilochana y Usha, las niñas con parálisis cerebral, con quienes Sara trabaja con verdadera devoción.
José Luis Gutiérrez
Madrid, 27 de octubre de 2010
Publicado el 3 de noviembre de 2010 a las 08:15.