Ronak y Deep
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Aunque esta es la tercera vez que trabajamos con ellos, en realidad los hermanos Deep y Ronak llevan poco más de dos años en Matruchhaya. Dos poderosas razones les han conducido hasta aquí. La primera, el fallecimiento de su madre en 2005, cuando ellos tendrían unos cinco y cuatro años de edad respectivamente. Ahora Deep tiene nueve años, y su hermano Ronak ocho. La segunda circunstancia que marcó el destino de estos menores fue la afición de su padre por la bebida, que se acentuó a partir del fallecimiento de la madre.
Deep y Ronak debieron de pasar dos años horribles, hasta que ingresaron en el orfanato, porque al dolor por la pérdida de la madre, tenían que sumar las continuas borracheras del padre y la desatención. Su situación llegó a tal límite que, en el pueblo en el que vivían, los propios vecinos decidieron intervenir, y contactaron con Matruchhaya pidiendo que se llevaran urgentemente a esos dos hermanos, porque no creían que pudieran sobrevivir así mucho más tiempo.
Sin el consentimiento del padre nada se podía hacer, salvo que hubiera una resolución judicial que le retirará la tutela, pero con la lentitud de la justicia, para entonces los niños ya habrían muerto. No fue fácil convencer al padre para que renunciara a sus hijos, aunque hacía tiempo que le importaban bien poco. Finalmente consiguieron que el hombre firmara, y desde ese momento, los niños viven en Matruchhaya. Pero posteriormente ha sido necesario que el hombre reiterara su renuncia dos veces más, dejando un intervalo de tres meses entre una y otra firma, tal y como marca la ley, para que pueda haber tiempo para el arrepentimiento.
Ahora Ronak y Deep ya pueden ser dados en adopción, sólo falta que alguna pareja les acepte como hijos. Su principal impedimento será la edad, porque, por lo demás, son dos niños verdaderamente adorables: inteligentes, amables, cariñosos, participativos y alegres. Les observo detenidamente, y no aprecio en ellos nada que permita intuir el infierno que han debido soportar, ningún gesto de amargura, ni el más mínimo signo de resentimiento o tristeza; lo cual, a mí personalmente me asombra, y me llena de admiración hacia ellos. Ronak y Deep, y muchos otros como ellos, aquí en Matruchhaya, y en otros de los orfanatos que conocemos, son una muestra viva de la enorme capacidad de adaptación del ser humano, especialmente de los niños, cuya facilidad para sobreponerse a la adversidad, y olvidar, resulta impresionante.
Sandeep estima que si alguna pareja con expediente de adopción abierto aceptará su asignación, el caso de estos dos hermanos podría tardar aproximadamente un año en resolverse, algo más de lo habitual, porque el gobierno de Gujarat tiene que emitir una autorización especial para la adopción de cualquier menor que sobrepase los seis años de edad, con la condición de que no puede tener más de once.
Me encantaría que estos dos niños tuvieran la fortuna de encontrar unos padres capaces de darles todo el amor que no han podido recibir de los suyos, y que sin duda se merecen, pero me temo que va a ser una empresa difícil.
Publicado el 11 de noviembre de 2009 a las 08:30.