Matilde
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El pasado martes fue un día grande. Uno de los más bonitos desde que llegamos a Matruchhaya.
El propósito de los globos que trajimos desde Ecuador, y los que elaboramos en España, era aprender a fabricarlos, para posteriormente enseñar a hacerlos a los niños y niñas más mayores de Matruchhaya. Los materiales necesarios son muy sencillos, y ya hemos comprobado que se pueden encontrar aquí fácilmente: papel de seda, varilla fina de caña, alambre, lienzo y parafina.
El pasado lunes 26 de octubre, dedicamos la jornada de trabajo con el grupo de mayores a la preparación de cuatro globos. Nos sorprendió la facilidad con que aprendieron, y la rapidez con que los construían. El martes 27 dedicamos un rato más por la tarde a terminarlos y decorarlos. Hacia las seis, cuando empezaba atardecer, nos subimos con todos los niños y niñas a la azotea para hacerlos volar. Fue un auténtico éxito. Los cuatro globos, uno a uno, se elevaron con decisión, y tomaron rumbo oste, hacia la puesta de sol, hasta que los perdimos de vista en el cielo.
Uno de ellos, el segundo que lanzamos, estaba dedicado a Matilde. A primera hora de la tarde, expliqué al grupo de mayores, niñas en su mayoría, que una de las alumnas que formaba parte del equipo de trabajo de este año, Esther, con gran pesar suyo, tuvo que salir del grupo en el último momento, y ser sustituida por otra alumna. Su madre, Matilde, lleva tiempo enferma; y Esther, conforme se iba acercando la fecha de la partida, empezó a sentir miedo de alejarse de ella.
Les expliqué que el anterior globo que habíamos lanzado había sido visto sobrevolando el cielo de Madrid, y que confiaba en que, de los cuatro globos que lanzaríamos al finalizar la tarde, al menos uno podría tomar esa misma dirección. Entonces les propuse que uno de ellos tuviese como destinataria a Matilde, la madre de Esther. Las niñas de Matruchhaya se encargaron de todo lo demás; y gracias a ellas, ahora mismo hay un globo en el aire, volando hacia España, cargado de amor y buenos deseos para Matilde.
Cuando ese globo empezó a elevarse por encima de nuestras cabezas, todos los menores del orfanato empezaron a aplaudir y a gritar con tal fuerza, que parecía que estaban intentando que la propia Matilde nos escuchara desde España.
Publicado el 2 de noviembre de 2009 a las 08:45.