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Blog de Alberto Castillo

Sin acritud

Una sentencia para el bochorno

Archivado en: Malos tratos, Juez del Olmo, zorra, Audiencia de Murcia, violencia de género

Una polémica sentencia dictada por la audiencia de Murcia nos ha recordado que en el ámbito de la justicia caben interpretaciones para todos los gustos, según las convicciones que tenga cada uno. De otra forma no se entiende que se haya dictado una sentencia con tan escasa fortuna. Si lo que buscaba es la notoriedad a través de la provocación, entonces el juez Juan del Olmo ha conseguido su objetivo, pues ha dejado estupefacto al personal. Si lo que pretendía era encontrar subterfugios para minimizar un asunto tan grave como una condena por maltrato, entonces es que todos los esfuerzos de los últimos años para convencer a las víctimas de que no están solas, que deben salir de su oscurantismo y denunciar a sus maltratadores, han sido en vano. Esta lumbrera ("persona que brilla por su inteligencia y conocimientos excepcionales") considera que llamar "zorra" a la esposa no es un insulto si se hace para "describir a un animal que debe actuar con especial precaución". Pero es que los antecedentes del caso daban argumentos mas que suficiente para decidir en otro sentido: el hombre ahora absuelto había sido condenado en 2009 a no acercarse a su mujer por un delito de malos tratos en el ámbito familiar. Decía este tipejo que se iba a tomar la justicia por su mano y que vería a su mujer en el cementerio en una caja de pino, entre otras lindezas. Un año después, un juzgado lo condenó a un año de prisión. Ahora, la Audiencia Provincial de Murcia ha concluido que llamar "zorra" a la esposa no constituye menosprecio o insulto ni es expresivo de una posición de dominio o exigencia de sumisión y en consecuencia reduce la condena a 8 días de localización permanente por amenazas leves. No quisiera estar en la piel de la esposa. La sentencia puede no ser descabellada, pero demuestra una notable insensibilidad del juez. No estamos hablando de denuncias falsas, contra las que hay que tomar todo tipo de precauciones, pero cuesta creer que este tipo en su relación con su esposa utilizara con tanta maestría el lenguaje. No se trata de interpretar el significado de las palabras, sino con el ánimo que son pronunciadas, y en este caso, el hombre estaba amenazando a su mujer. Si la sentencia verdaderamente está ajustada a derecho, echémonos a temblar porque algo está fallando en la protección a las víctimas de malos tratos. Puestos a sacar punta al lenguaje, este juez es un burro ("hombre laborioso y de mucho aguante"), y un ciervo (evidentemente, por su porte elegante, no por cornudo). Con qué astucia ha sentenciado, el hijo de zorra.

Publicado el 6 de octubre de 2011 a las 19:30.

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La inaceptable brecha salarial de la mujer

Archivado en: Editorial, violencia de género, desigualdad de la mujer

Esta semana estamos celebrando el Día Internacional de la Mujer, una de esas citas fijas en el calendario que nos recuerda una vez al año que la realidad no es como la quisiéramos ver. Una de las mayores lacras a las que se enfrenta nuestra sociedad es la violencia de género. En España en lo que llevamos de año, poco más de dos meses, ya han muerto 14 mujeres a manos de sus parejas o ex parejas. Esta aterradora cifra refleja que a pesar de los esfuerzos no conseguimos frenar un gravísimo problema frente al cual todos debemos cooperar y trabajar de la mano. Pero si los malos tratos y la violencia de género son la máxima expresión del machismo y la desigualdad en las sociedades modernas, hay otros desequilibrios importantes que afectan a la mujer y que no deben pasar desapercibidos. Uno de ellos es, sin duda, la brecha salarial entre el hombre y la mujer. Ellas ganan un 25% menos por hacer el mismo trabajo, según el informe `Retribución laboral por géneros' elaborado por los técnicos del Ministerio de Hacienda, que señala que se tardará aún una década en corregir esta situación.  Ceuta, Melilla y Madrid son las comunidades donde la brecha es mayor, una diferencia que supera los 7.000 euros anuales. Por el contrario, las zonas en las que existe una menor desigualdad son Canarias (la menos sexista, a pesar de que mantiene una diferencia de 3.044 euros), Comunidad Valenciana, Andalucía, Extremadura y La Rioja. Otra fotografía que invita a la reflexión es la de las mujeres directivas en España. Aunque el denominado "techo de cristal", como se denomina a esa barrera invisible que impide al sexo femenino acceder a puestos de responsabilidad en las empresas, cada sea más fino, la realidad es que aún no hemos conseguido quebrarlo. En las compañías españolas que cotizan en Bolsa, el número de mujeres consejeras no llega al 10%, de acuerdo con los datos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores. El sistema de cuotas para imponer la paridad genera mucho escepticismo entre los expertos, ya que puede convertirse en un atajo que finalmente no lleve a ningún sitio. Es cierto que en Noruega ha dado frutos, y la cifra ya alcanza el 30%, pero también lo es que en otros países, como Bélgica, esta obligación ha tenido unas consecuencias desalentadoras: sólo el 6% de las consejeras belgas son mujeres. Quizá la mejor opción es reforzar los estímulos mientras que las empresas y el propio mercado van facilitando el acceso de las mujeres a los órganos de dirección. Porque lo que está claro es que vivimos el momento de las mujeres. Y eso nadie lo podrá parar.

Publicado el 10 de marzo de 2011 a las 12:30.

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Ojalá esta crónica no exista

Archivado en: Editorial, María García Revuelta, Boadilla del Monte, Violencia de Género

No la conozco. Jamás la había visto antes, pero quiero escribir sobre ella, sorteando la tentación de comentar otros asuntos de la actualidad que me dejan más indiferente que los controladores ante la impotencia de los usuarios a los que dejaron tirados en tierra. Porque a mí, el verdadero estado de alarma, me lo produce la angustia de no conocer el paradero de Maria García Revuelta, la joven de Boadilla del Monte desaparecida cuando regresaba a su casa tras celebrar la cena de navidad la noche del pasado sábado con sus compañeros de trabajo de Mercadona. Desde entonces no se tiene noticia de ella. Su ex pareja, y padre de su segundo hijo, se ofreció a llevarla casa después de la cena a la que también asistió, pues trabajaban en el mismo centro. Ahí se perdió la pista de ambos hasta que el cuerpo del ex novio apareció ahorcado de un poste. Quisiera estar equivocado. Cuando escribo estas líneas, lo hago con la esperanza de que María aparezca viva y que todo sea un mal sueño, una alarma injustificada, y que su nombre no se sume a las trágicas cifras de violencia de género, que a pesar de las campañas de concienciación, siguen incrementándose. Pasan las horas y escribo con la esperanza de estar errado, anhelando que la realidad me regrese del sueño de la equivocación y que me espete a la cara que me precipité. Pero por encima de todo, quiero ver a María de nuevo en su casa, con sus padres y hermanos, una familia conocida y querida en Boadilla del Monte, con quienes comparto la angustia de su incertidumbre a pesar de no conocerles. La misma angustia que siente toda la ciudad, que se ha echado a la calle y a los campos, que peina los encinares  en busca de algún rastro de María, que rasga las gargantas con el grito de su nombre.  Siento como mío el dolor por el paso de los días sin noticias, por las horas de espera frente al teléfono. Cada  vez que desaparece una mujer, una joven, una niña, sin causa justificada, me quiebra el alma. Y maldigo la ofuscación que pasa por la mente del que es capaz de arrancar una vida para saldar la deuda de un desamor, a veces ni tan siquiera, por el nulo valor de los mas elementales principios de convivencia y respeto a la dignidad humana. Me duele constatar el fracaso. Sólo quiero que alguien me abra los ojos y me diga que la pesadilla terminó, que está de nuevo con su familia, que nunca se fue y que esta crónica no existe.  He visto la foto de María, sonriente con uno de sus hijos en brazos, y me niego a creer que ya no volverá más. Y me vuelvo a preguntar por qué.

Publicado el 17 de diciembre de 2010 a las 12:15.

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Día Internacional contra los malos tratos

Archivado en: Editorial, violencia de género, malos tratos, Silvia Rodríguez Fernández, Parla, Leganés

La muerte de Silvia Rodríguez Fernández, una joven de 16 años vecina de Parla, asesinada recientemente en Leganés a manos presuntamente de su ex novio, ha vuelto a conmocionar a toda la sociedad por la crudeza y las circunstancias del suceso.  El cadáver de la joven fue encontrado dentro de un contenedor de basura. Su cuerpo presentaba signos de violencia en el cuello, tenía el rostro muy maquillado y se encontraba desnuda. Si bien no se ha confirmado oficialmente que se trate de un caso de violencia machista, la policía busca al ex novio, un joven de 21 años de nacionalidad peruana, como principal sospechoso del crimen, ya que el cuerpo fue encontrado cerca de su casa y al parecer huyó a su país ese mismo día. Contando con esta última muerte son cinco las victimas mortales en la Comunidad de Madrid a manos de sus parejas o ex parejas en lo que va de año, y 62 en el conjunto del territorio nacional. Son demasiadas mujeres muertas y la cifra no tiene visos de estancarse. Este próximo 25 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, una fecha que invita a la sociedad a expresar su repulsa contra crímenes tan repugnantes como los que se producen en el entorno de la pareja. Hemos reiterado hasta la saciedad que una sola muerte de una mujer a causa de la violencia de género es un fracaso que concierne a toda la sociedad. Un fracaso en el que intervienen factores de tipo cultural y social, como las actitudes machistas; económicos, como la falta de trabajo y la ausencia de expectativas; y otros como el alcoholismo o la identificación con situaciones de maltrato vividas con anterioridad (traumas infantiles, etcétera.). Contra esta sangrante lacra sólo cabe trabajar desde la educación en el respeto y la igualdad  entre  hombres y  mujeres, empezando por la educación infantil e involucrando a los medios de comunicación. Nadie puede ser indiferente. En un momento en el que supuestamente todo el mundo tiene acceso a la educación y la información no tiene barreras, resulta inconcebible que cada semana haya que sumar nuevos casos a esta fatídica lista. Por tanto cualquier medida de sensibilización es fundamental para hacer llegar a la sociedad un mensaje de rechazo a la violencia machista y de aislamiento social a los maltratadores. Pero hace falta algo más que salir a la calle para gritar contra el maltrato. Es necesario seguir dotando de cuantos medios y recursos sean necesarios al sistema judicial, y facilitar la inmediata cobertura y protección social a las mujeres para que se atrevan a denunciar el maltrato.

Publicado el 19 de noviembre de 2010 a las 12:45.

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Denunciar el maltrato o sufrir en silencio

Archivado en: Editorial, violencia de género, malos tratos, agresión, Gijón, Sevilla, Girona, servicios sociales, denuncia

Esta semana se han producido dos nuevos casos de violencia de género en España que elevan a 29 el número de mujeres muertas, ocho más que en las mismas fechas del año pasado. Y a falta de confirmación, podría haber un tercer caso en Gijón, donde el cadáver de una mujer de 54 años fue descubierto debajo de la cama por uno de sus hijos mientras el marido sigue en paradero desconocido. En los dos primeros sucesos, ocurridos con  pocas horas de diferencia en Sevilla y Girona, han concurrido circunstancias similares. Las dos mujeres murieron acuchilladas a manos de sus parejas, y ninguna de las dos había denunciado a su agresor. La mujer muerta en la localidad sevillana de Pruna, Lupe, de 41 años, no había presentado denuncias por malos tratos contra su pareja, ni había solicitado ningún tipo de ayuda a la Junta o al Ayuntamiento. Tanto la familia como su círculo más cercano conocían la situación por la que estaba pasando y el calvario que estaba padeciendo, pero jamás lo denunciaron. En el segundo caso, registrado en Salt, Girona, irónicamente fue el marido quien denunció a Farida, de 47 años, por abandono del domicilio familiar. A pesar de haber reconocido maltrato psicológico durante años, tampoco la mujer llegó nunca a denunciar a su esposo, ni siquiera tras escuchar las recomendaciones de los servicios sociales a los que sí había acudido. Se había limitado a iniciar los trámites de separación. Pero no es suficiente. Tan grave como la propia agresión es el miedo a denunciar los malos tratos. El pánico a la pareja, la presión del entorno, los factores sociales y culturales, o simplemente la incertidumbre de no tener a dónde acudir, son algunas de las razones que explican el silencio ante la violencia de género. Son igualmente las mismas causas que se esconden detrás de la decisión de retirar una denuncia cuando llega el momento de ratificar la acusación contra el agresor. Es comprensible que una mujer tenga miedo a denunciar a su agresor porque psicológicamente ha sido anulada. Pero una sola muerte de una mujer víctima de malos tratos es un fracaso que concierne a toda la sociedad. Y la única manera de acabar con esta lacra que sangra gota a gota con siniestras estadísticas es informando hasta la extenuación para concienciar socialmente, actuando desde la base en la educación y el respeto, y pidiendo una y mil veces a las mujeres agredidas o vejadas que no sufran en silencio y denuncien el maltrato.  

 

Publicado el 2 de junio de 2010 a las 11:45.

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Alberto Castillo

Alberto Castillo

Director de Gente en Madrid. Periodista madrileño, de 46 años, cuenta con una dilatada experiencia en medios. Ha sido subdirector general de la Agencia de Noticias Servimedia. Gran parte de su carrera profesional ha estado vinculado a la radio en distintas cadenas. Comenzó en la Cadena Rato en los años 80 y de ahí pasó a la COPE, cadena en la que fue redactor de informativos locales, redactor jefe del informativo matinal "La Mañana" (con el desaparecido Antonio Herrero), redactor jefe de informativos de fin de semana y jefe de prensa. Su última etapa en la radio fue en la extinta Radio España-Cadena Ibérica.

 

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