Cambios nimios en situación de alto riesgo
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La mínima remodelación del gobierno para cubrir la salida de Rubalcaba de la vicepresidencia primera, portavocía y Ministerio del Interior para dedicarse a sus tareas como candidato afianza la tesis de que nos encontramos en la antesala del adelanto electoral. Ha sido un leve retoque, apenas un maquillaje para facilitar la candidatura de Rubalcaba sin el lastre de su pertenencia al Gobierno, lo que de facto afianza la bicefalia que previsiblemente seguirá alimentando mensajes contradictorios que provoquen aún mayor desconfianza en los mercados. Con la única novedad de José Blanco asumiendo las tareas de portavoz, en lo esencial es más de lo mismo, y llegados a ese punto cunde la sensación de que poco puede ofrecer Rubalcaba para generar la confianza necesaria para recuperar la iniciativa política y los votos perdidos. Todo sigue igual salvo que la situación económica es peor cada día. La remodelación que ha hecho Zapatero no ha transmitido la imagen de golpe en la mesa; de hasta aquí hemos llegado. Ya nadie confía en la capacidad de este Gobierno para dar un giro radical y adoptar medidas contundentes que puedan reactivar la economía, entre ellas un compromiso firme de todas las administraciones para reducir el déficit que convenza a los mercados. Los ataques de los especuladores contra España y la vulnerabilidad contra los mismos no tienen otro origen que la desconfianza en nuestra capacidad real para generar empleo e impulsar la actividad económica. Las razones para la desconfianza de los mercados hay que buscarlas en nuestra propia fragilidad, y las apelaciones a la solvencia de España carecen de sentido si no van acompañadas de las necesarias medidas que por razones electoralistas se han dejado de adoptar. Por eso culpar a Alemania de la crisis de la deuda se antoja como una maniobra simplista con el objeto echar balones fuera. Es cierto, en parte, que el Gobierno de Angela Merckel -al igual que el de Sarkozy en Francia- se ha mostrado excesivamente receloso a la hora de abordar los necesarios rescates a Grecia poniendo en riesgo la estabilidad de toda la zona euro al no frenar el castigo de los mercados a Grecia, Portugal, Irlanda, España e Italia. En este sentido, cobra especial importancia el llamamiento del presidente del Banco Central Europeo BCE, Jean Claude Trichet, a la necesidad de crear un Ministerio de Finanzas para la Unión Europea. Si queremos reconducir la situación económica del conjunto de la zona euro debemos de remar juntos y escenificar una sólida imagen de unidad.
Publicado el 15 de julio de 2011 a las 09:00.