Los tribunales parecen empeñados en marcar la agenda política, aunque en este caso no se sabe muy bien qué ha sido primero, si el huevo o la gallina. Tanto por el momento elegido, a menos de dos meses de las elecciones; por la celeridad con que se ha procedido, seis meses menos que lo que se considera normal para una causa de este tipo; y por la casualidad de que la magistrada que ha estimado el recurso presentado por el PSOE contra el archivo de la causa se apellida igual que la ex portavoz socialista en la Asamblea, Cristina Almeida, no hay que ser muy sagaz para percibir el tufillo electoral que desprende la reapertura del caso del presunto espionaje a altos cargos públicos en la Comunidad de Madrid. Una causa que había sido archivada el verano pasado porque la juez no había encontrado indicios de delito y que ahora, en contra de la opinión del fiscal, la magistrada Mari Luz Almeida ha ordenado reabrir porque, en su opinión, hay indicios de que los agentes que supuestamente siguieron al vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo, y al ex vicepresidente de la Comunidad, Alfredo Prada, cometieron un delito de malversación de fondos públicos. Sea por motivos políticos, como insinúa el PP, o porque hay indicios suficientes de la comisión de un delito, esperemos que la reapertura del caso sirva para despejar definitivamente cualquier atisbo de duda, porque los ciudadanos tienen el derecho a conocer a qué se destina el dinero de sus impuestos y la justicia el deber de aclarar si ese uso ha sido el correcto. En cualquier caso es un balón de oxígeno para el PSOE, que le permite desviar la atención del debate sucesorio. Y es, al mismo tiempo, una contrariedad para Esperanza Aguirre, que se encuentra con un incómodo asunto que daba por cerrado en un momento en el que está terminando de perfilar las candidaturas a la Asamblea y al Ayuntamiento. Para la primera, ya ha desvelado los cinco primeros puestos, con Ignacio González de segundo, seguido de Francisco Granados, Beatriz Elorriaga y Lucía Figar. Pocas sorpresas más se esperan, salvo las incorporaciones de los alcaldes de Móstoles y Alcalá, Esteban Parro y Bartolomé González, dos de los barones que mejores réditos electorales han proporcionado al PP, y de Bonifacio de Santiago, al que acomoda en la Asamblea después de 16 años de alcalde de Las Rozas. La lista al Ayuntamiento, en la que pueden reabrirse viejas heridas, deberá contar con el consenso de Alberto Ruiz Gallardón. Lista en la que figura uno de los espiados, Manuel Cobo, como número tres.
Publicado el 1 de abril de 2011 a las 12:00.