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Sin acritud

Una sentencia para el bochorno

Archivado en: Malos tratos, Juez del Olmo, zorra, Audiencia de Murcia, violencia de género

Una polémica sentencia dictada por la audiencia de Murcia nos ha recordado que en el ámbito de la justicia caben interpretaciones para todos los gustos, según las convicciones que tenga cada uno. De otra forma no se entiende que se haya dictado una sentencia con tan escasa fortuna. Si lo que buscaba es la notoriedad a través de la provocación, entonces el juez Juan del Olmo ha conseguido su objetivo, pues ha dejado estupefacto al personal. Si lo que pretendía era encontrar subterfugios para minimizar un asunto tan grave como una condena por maltrato, entonces es que todos los esfuerzos de los últimos años para convencer a las víctimas de que no están solas, que deben salir de su oscurantismo y denunciar a sus maltratadores, han sido en vano. Esta lumbrera ("persona que brilla por su inteligencia y conocimientos excepcionales") considera que llamar "zorra" a la esposa no es un insulto si se hace para "describir a un animal que debe actuar con especial precaución". Pero es que los antecedentes del caso daban argumentos mas que suficiente para decidir en otro sentido: el hombre ahora absuelto había sido condenado en 2009 a no acercarse a su mujer por un delito de malos tratos en el ámbito familiar. Decía este tipejo que se iba a tomar la justicia por su mano y que vería a su mujer en el cementerio en una caja de pino, entre otras lindezas. Un año después, un juzgado lo condenó a un año de prisión. Ahora, la Audiencia Provincial de Murcia ha concluido que llamar "zorra" a la esposa no constituye menosprecio o insulto ni es expresivo de una posición de dominio o exigencia de sumisión y en consecuencia reduce la condena a 8 días de localización permanente por amenazas leves. No quisiera estar en la piel de la esposa. La sentencia puede no ser descabellada, pero demuestra una notable insensibilidad del juez. No estamos hablando de denuncias falsas, contra las que hay que tomar todo tipo de precauciones, pero cuesta creer que este tipo en su relación con su esposa utilizara con tanta maestría el lenguaje. No se trata de interpretar el significado de las palabras, sino con el ánimo que son pronunciadas, y en este caso, el hombre estaba amenazando a su mujer. Si la sentencia verdaderamente está ajustada a derecho, echémonos a temblar porque algo está fallando en la protección a las víctimas de malos tratos. Puestos a sacar punta al lenguaje, este juez es un burro ("hombre laborioso y de mucho aguante"), y un ciervo (evidentemente, por su porte elegante, no por cornudo). Con qué astucia ha sentenciado, el hijo de zorra.

Publicado el 6 de octubre de 2011 a las 19:30.

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Día Internacional contra los malos tratos

Archivado en: Editorial, violencia de género, malos tratos, Silvia Rodríguez Fernández, Parla, Leganés

La muerte de Silvia Rodríguez Fernández, una joven de 16 años vecina de Parla, asesinada recientemente en Leganés a manos presuntamente de su ex novio, ha vuelto a conmocionar a toda la sociedad por la crudeza y las circunstancias del suceso.  El cadáver de la joven fue encontrado dentro de un contenedor de basura. Su cuerpo presentaba signos de violencia en el cuello, tenía el rostro muy maquillado y se encontraba desnuda. Si bien no se ha confirmado oficialmente que se trate de un caso de violencia machista, la policía busca al ex novio, un joven de 21 años de nacionalidad peruana, como principal sospechoso del crimen, ya que el cuerpo fue encontrado cerca de su casa y al parecer huyó a su país ese mismo día. Contando con esta última muerte son cinco las victimas mortales en la Comunidad de Madrid a manos de sus parejas o ex parejas en lo que va de año, y 62 en el conjunto del territorio nacional. Son demasiadas mujeres muertas y la cifra no tiene visos de estancarse. Este próximo 25 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, una fecha que invita a la sociedad a expresar su repulsa contra crímenes tan repugnantes como los que se producen en el entorno de la pareja. Hemos reiterado hasta la saciedad que una sola muerte de una mujer a causa de la violencia de género es un fracaso que concierne a toda la sociedad. Un fracaso en el que intervienen factores de tipo cultural y social, como las actitudes machistas; económicos, como la falta de trabajo y la ausencia de expectativas; y otros como el alcoholismo o la identificación con situaciones de maltrato vividas con anterioridad (traumas infantiles, etcétera.). Contra esta sangrante lacra sólo cabe trabajar desde la educación en el respeto y la igualdad  entre  hombres y  mujeres, empezando por la educación infantil e involucrando a los medios de comunicación. Nadie puede ser indiferente. En un momento en el que supuestamente todo el mundo tiene acceso a la educación y la información no tiene barreras, resulta inconcebible que cada semana haya que sumar nuevos casos a esta fatídica lista. Por tanto cualquier medida de sensibilización es fundamental para hacer llegar a la sociedad un mensaje de rechazo a la violencia machista y de aislamiento social a los maltratadores. Pero hace falta algo más que salir a la calle para gritar contra el maltrato. Es necesario seguir dotando de cuantos medios y recursos sean necesarios al sistema judicial, y facilitar la inmediata cobertura y protección social a las mujeres para que se atrevan a denunciar el maltrato.

Publicado el 19 de noviembre de 2010 a las 12:45.

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Denunciar el maltrato o sufrir en silencio

Archivado en: Editorial, violencia de género, malos tratos, agresión, Gijón, Sevilla, Girona, servicios sociales, denuncia

Esta semana se han producido dos nuevos casos de violencia de género en España que elevan a 29 el número de mujeres muertas, ocho más que en las mismas fechas del año pasado. Y a falta de confirmación, podría haber un tercer caso en Gijón, donde el cadáver de una mujer de 54 años fue descubierto debajo de la cama por uno de sus hijos mientras el marido sigue en paradero desconocido. En los dos primeros sucesos, ocurridos con  pocas horas de diferencia en Sevilla y Girona, han concurrido circunstancias similares. Las dos mujeres murieron acuchilladas a manos de sus parejas, y ninguna de las dos había denunciado a su agresor. La mujer muerta en la localidad sevillana de Pruna, Lupe, de 41 años, no había presentado denuncias por malos tratos contra su pareja, ni había solicitado ningún tipo de ayuda a la Junta o al Ayuntamiento. Tanto la familia como su círculo más cercano conocían la situación por la que estaba pasando y el calvario que estaba padeciendo, pero jamás lo denunciaron. En el segundo caso, registrado en Salt, Girona, irónicamente fue el marido quien denunció a Farida, de 47 años, por abandono del domicilio familiar. A pesar de haber reconocido maltrato psicológico durante años, tampoco la mujer llegó nunca a denunciar a su esposo, ni siquiera tras escuchar las recomendaciones de los servicios sociales a los que sí había acudido. Se había limitado a iniciar los trámites de separación. Pero no es suficiente. Tan grave como la propia agresión es el miedo a denunciar los malos tratos. El pánico a la pareja, la presión del entorno, los factores sociales y culturales, o simplemente la incertidumbre de no tener a dónde acudir, son algunas de las razones que explican el silencio ante la violencia de género. Son igualmente las mismas causas que se esconden detrás de la decisión de retirar una denuncia cuando llega el momento de ratificar la acusación contra el agresor. Es comprensible que una mujer tenga miedo a denunciar a su agresor porque psicológicamente ha sido anulada. Pero una sola muerte de una mujer víctima de malos tratos es un fracaso que concierne a toda la sociedad. Y la única manera de acabar con esta lacra que sangra gota a gota con siniestras estadísticas es informando hasta la extenuación para concienciar socialmente, actuando desde la base en la educación y el respeto, y pidiendo una y mil veces a las mujeres agredidas o vejadas que no sufran en silencio y denuncien el maltrato.  

 

Publicado el 2 de junio de 2010 a las 11:45.

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Alberto Castillo

Alberto Castillo

Director de Gente en Madrid. Periodista madrileño, de 46 años, cuenta con una dilatada experiencia en medios. Ha sido subdirector general de la Agencia de Noticias Servimedia. Gran parte de su carrera profesional ha estado vinculado a la radio en distintas cadenas. Comenzó en la Cadena Rato en los años 80 y de ahí pasó a la COPE, cadena en la que fue redactor de informativos locales, redactor jefe del informativo matinal "La Mañana" (con el desaparecido Antonio Herrero), redactor jefe de informativos de fin de semana y jefe de prensa. Su última etapa en la radio fue en la extinta Radio España-Cadena Ibérica.

 

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