Firmeza democrática y ni un paso atrás
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El comunicado de ETA ha decepcionado a todos. Desde el Gobierno de la nación al Ejecutivo vasco, los partidos nacionales y los nacionalistas, la propia izquierda abertzale, todos han acogido con escepticismo y algunos con indisimulada frustración el videocomunicado de ETA. Pura propaganda. Con la habitual verborrea revolucionaria, plagada de eufemismos y frases huecas, el comunicado asume la realidad de la banda, que no es otra que su debilidad interna después de meses de duro hostigamiento en territorio español y francés, y lo enmascara afirmando que hace meses tomaron la decisión de no realizar "acciones armadas ofensivas". De las otras, de las denominadas de avituallamiento, sí. Es decir, ETA seguirá extorsionando a los empresarios, alimentando la kale borroka, reclutando nuevos militantes para suplir las bajas por detenciones y robando armas y explosivos siempre que tenga ocasión. La realidad es que ETA no quiere dejar las armas, pero tenía que hacer frente a la presión ejercida por el entorno abertzale y por los palmeros internacionales que se ofrecieron a intermediar la paz. Desde el entorno batasuno se le reclamaba un alto el fuego permanente y que pudiera ser verificado por organismos internacionales. Pero nada de esto deja entrever el último comunicado. Tan sólo la debilidad que le ha impedido atentar desde hace meses, en los que por razones de seguridad ha tenido que recogerse en sus cuarteles, pues cada vez que asomaba la cabeza sentía la zarpa de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado sobre ella. El anuncio de ETA tendrá difícil rentabilidad para la izquierda abertzale y en especial para la ilegalizada batasuna, o sus diferentes filiales, que aspiraba a hacerse un hueco en las elecciones municipales de 2011. Pero que nadie se lleve a engaño. ETA habrá conseguido su objetivo si consigue sembrar la división entre las fuerzas políticas democráticas, si reabre las fracturas que han dividido a gobierno y oposición, a nacionalistas y no nacionalistas en relación con la solución al mal llamado conflicto vasco. Y en especial si consigue hacer mella en el pacto de socialistas y populares para gobernar Euskadi que tanto daño le ha hecho a la banda. Por tanto, prudencia y unidad por encima de todo, pues es la unidad en el objetivo irrenunciable de acabar con ETA desde la firmeza democrática y combatiendo al terrorismo en todos sus frentes lo que ha puesto a los pistoleros en el momento más débil de su historia.
Publicado el 9 de septiembre de 2010 a las 12:15.