A poco menos de un mes para las elecciones del 20-N, los que esperaban que el anuncio de ETA de abandonar la actividad armada iba a suponer un balón de oxigeno para las complicadas expectativas socialistas de voto, se van a tener que conformar con enjugar las lágrimas del candidato Rubalcaba. Las encuestas elaboradas inmediatamente después del anuncio de ETA muestran que el PP mantiene intacta la diferencia con el PSOE, al que sigue aventajando con una distancia de entre 11 y 15 puntos. El PP se mueve en una horquilla de 186 a 189 diputados, frente a los 1016-118 que obtendría el PSOE. Es decir, entre 32 y 35 diputados más para los populares, y entre 52 y 55 menos para los socialistas. ¿Quién se beneficia del anuncio de la banda? Pues la coalición Amaitur, formada por Bildu y Aralar, o lo que es lo mismo, Batasuna en estado puro, que incrementa sus expectativas a costa del descenso del PNV hasta tener la posibilidad de formar grupo parlamentario propio, lo que no deja de ser un drama para los demócratas. Tampoco el comunicado parece haber hecho mella en el ánimo de los ciudadanos en lo que respecta a su credibilidad. Al margen de la satisfacción que ha producido, los españoles no se terminan de creer que las intenciones de los etarras sean definitivas. Un sondeo de Sigma Dos indica que el 69% de los españoles no cree que ETA haya renunciado para siempre al terrorismo. Tanto Zapatero en el mes que le queda de presidencia, como los candidatos del PSOE y del PP, Rubalcaba y Rajoy, tienen que lidiar el toro de la desconfianza que el anuncio de ETA ha provocado en buena parte de los españoles. Lo mejor para despejar dudas sería alejar el terrorismo y el final de ETA de la campaña electoral. Las peticiones del presidente del PNV, Iñigo Urkullu, a Zapatero para que tenga un gesto con los presos de ETA sin fijarse en el calendario electoral, o al lendakari Patxi López para que adelante las elecciones autonómicas, no van precisamente en esta dirección. Tampoco la precipitada ronda de contactos iniciada por el lendakari con los partidos vascos, incluido Bildu, para escenificar los pasos a seguir tras el comunicado. No conviene apresurarse en la adopción de medidas que pudieran traslucir la idea de que se sigue una hoja de ruta trazada de antemano. Cualquier paso que se de le corresponde al gobierno que salga de las urnas, pero sin olvidar, como ha denunciado Esperanza Aguirre, que la banda ni ha anunciado su disolución, ni la entrega de las armas, ni ha pedido perdón a las víctimas. Credibilidad cero
Publicado el 31 de octubre de 2011 a las 12:00.