Archivado en: Editorial, José Luis Rodríguez Zapatero
Nos quejábamos de la libreta azul en la época de José María Aznar, pero parece que ha creado escuela. El secreto sobre el futuro del presidente del Gobierno está mejor guardado que la fórmula de la Coca-Cola. Solo una persona del PSOE, además de su sufrida mujer, conoce los planes del presidente, según confesó el propio Zapatero a los periodistas durante la tradicional copa navideña en el Palacio de la Moncloa. Eso sí, se cuido mucho de desvelar quién era el afortunado guardián de su confidencia, pero al menos, es la primera vez que tengamos constancia de que ya ha tomado una decisión sobre si volverá a presentarse como candidato del PSOE en las próximas generales. Con la que le ha caído encima en las últimas semanas, es como para pensarlo dos veces. Tiene en ciernes una nueva huelga general contra la reforma de las pensiones, le ha caído la del pulpo por no dar la cara en la crisis de los controladores, los mercados le han puesto contra la cuerdas, las encuestas le auguran un descalabro electoral -la última encuesta oficial de la Junta de Andalucía anuncia la mayoría absoluta del PP- y sus barones se desmarcan en un sálvese quien pueda. Desconocemos si alguno o todos estos elementos han condicionado su determinación, pues no quiso desvelar cuándo fue el momento en que tomó tal decisión aunque insistió en que todavía no es el momento de comunicarlo a la opinión pública. ¿Y cuándo será ese momento? Como nunca llueve a gusto de todos, el PP ha aprovechado para criticar que el presidente ya ha tomado una decisión sobre si se presentará a las próximas elecciones que sigue sin hacer pública, pues esta incertidumbre perjudica a "la credibilidad y la tranquilidad" que debe transmitir España para lograr la estabilidad económica. Este juego del gato y el ratón alienta aún más las especulaciones. No nos engañemos. A la vista de las encuestas, lo que está en juego es quién gestiona la derrota, y quién va a poner la cara para recibir la bofetada, pues a estas alturas ni los socialistas creen en las posibilidades de remontar electoralmente los efectos de la crisis y de los diferentes frentes abiertos. Este anuncio de amago sin dar es una de las muchas intrigas a que nos tiene acostumbrados el gobierno para desviar la atención de los problemas que tenemos encima. Mientras nos entretenemos con la sucesión no nos fijamos en otros temas de mayor calado. Muchas familias, si la lotería no les da una alegría, pasaran las fiestas navideñas preguntándose qué les importa si Zapatero se presenta o no.
Publicado el 23 de diciembre de 2010 a las 14:15.