La inaceptable brecha salarial de la mujer
Archivado en: Editorial, violencia de género, desigualdad de la mujer
Esta semana estamos celebrando el Día Internacional de la Mujer, una de esas citas fijas en el calendario que nos recuerda una vez al año que la realidad no es como la quisiéramos ver. Una de las mayores lacras a las que se enfrenta nuestra sociedad es la violencia de género. En España en lo que llevamos de año, poco más de dos meses, ya han muerto 14 mujeres a manos de sus parejas o ex parejas. Esta aterradora cifra refleja que a pesar de los esfuerzos no conseguimos frenar un gravísimo problema frente al cual todos debemos cooperar y trabajar de la mano. Pero si los malos tratos y la violencia de género son la máxima expresión del machismo y la desigualdad en las sociedades modernas, hay otros desequilibrios importantes que afectan a la mujer y que no deben pasar desapercibidos. Uno de ellos es, sin duda, la brecha salarial entre el hombre y la mujer. Ellas ganan un 25% menos por hacer el mismo trabajo, según el informe `Retribución laboral por géneros' elaborado por los técnicos del Ministerio de Hacienda, que señala que se tardará aún una década en corregir esta situación. Ceuta, Melilla y Madrid son las comunidades donde la brecha es mayor, una diferencia que supera los 7.000 euros anuales. Por el contrario, las zonas en las que existe una menor desigualdad son Canarias (la menos sexista, a pesar de que mantiene una diferencia de 3.044 euros), Comunidad Valenciana, Andalucía, Extremadura y La Rioja. Otra fotografía que invita a la reflexión es la de las mujeres directivas en España. Aunque el denominado "techo de cristal", como se denomina a esa barrera invisible que impide al sexo femenino acceder a puestos de responsabilidad en las empresas, cada sea más fino, la realidad es que aún no hemos conseguido quebrarlo. En las compañías españolas que cotizan en Bolsa, el número de mujeres consejeras no llega al 10%, de acuerdo con los datos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores. El sistema de cuotas para imponer la paridad genera mucho escepticismo entre los expertos, ya que puede convertirse en un atajo que finalmente no lleve a ningún sitio. Es cierto que en Noruega ha dado frutos, y la cifra ya alcanza el 30%, pero también lo es que en otros países, como Bélgica, esta obligación ha tenido unas consecuencias desalentadoras: sólo el 6% de las consejeras belgas son mujeres. Quizá la mejor opción es reforzar los estímulos mientras que las empresas y el propio mercado van facilitando el acceso de las mujeres a los órganos de dirección. Porque lo que está claro es que vivimos el momento de las mujeres. Y eso nadie lo podrá parar.
Publicado el 10 de marzo de 2011 a las 12:30.