Del más votado al más “botado”
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Tan apabullante ha sido el triunfo del Partido Popular en la Comunidad de Madrid como estrepitoso el batacazo del PSM, sin duda atribuible a la crisis económica y a la mala gestión de Rodríguez Zapatero, pero sin por ello dejar de reconocer la responsabilidad que corresponde a la pésima campaña de Tomás Gómez, artífice del peor resultado obtenido jamás por el socialismo en Madrid, que ha supuesto la pérdida de seis diputados en la Asamblea y un tercio de su electorado. El empecinamiento con el copago, estrategia que ya tumbó a su predecesor, Rafael Simancas; la división interna tras el rodillo que aplicó al vencer en las primarias; su falta de sintonía con alcaldes del sur, y algunas contradicciones como la polémica de negar que estudiara en un colegio privado, hábilmente puesto en evidencia por Esperanza Aguirre, son algunos de los motivos que explican el castigo de los electores. Aunque mucho había de plebiscito a Zapatero en el 22-M, también se ha premiado la buena gestión de los últimos ocho años del Gobierno de la Comunidad, y el innegable tirón de su presidenta, que sabe conectar con el público. De los 179 municipios de Madrid, los populares han sido la fuerza más votada en 147, de ellos 109 con mayoría absoluta y 38 con mayoría simple. Datos que confirman la larga travesía del desierto que le espera al socialismo para recuperar a su electorado. El codiciado objeto de deseo popular del "cinturón rojo", donde la presidenta envió a su "división acorazada Brunete", formada por sus hombres de confianza David Pérez, Juan Soler y Jesús Gómez, es el máximo exponente del hundimiento del PSM. Ha caído definitivamente el mito de que el sur es de izquierdas. Los socialistas dejarán de gobernar en feudos tradicionales como Alcorcón, Leganés, Aranjuez o Collado Villalba, y pierden las mayorías absolutas de Fuenlabrada y Parla, aunque mantendrán ambas alcaldías, mientras que Móstoles sigue siendo un bastión inexpugnable. UPyD, la gran sorpresa de las elecciones, deshoja en Getafe la margarita de permitir que gobierne el PP como lista más votada. La responsabilidad colectiva a la que apeló Tomás Gómez la noche de la derrota no parece suficiente. El sector crítico le reclama un Congreso Extraordinario para analizar qué se ha hecho mal y repensar el proyecto del PSM. No hay que olvidar que Gómez ha rebajado el listón que dejó Rafael Simancas, cuyos resultados se consideraban el suelo mínimo del socialismo en la comunidad y que provocaron su dimisión 2007.
Publicado el 27 de mayo de 2011 a las 09:15.