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En vísperas de la celebración del Primero de Mayo, las previsiones más pesimistas se están cumpliendo en materia de empleo, a pesar de los denuedos del presidente del Gobierno para convencernos de que lo peor de la crisis ya ha pasado y que a partir del mes de abril empezará a evidenciarse la disminución del paro. Confía Zapatero en que la temporada turística que ahora comienza le pueda dar un respiro hasta después del verano. Pero los datos son testarudos. La Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal, AGETT, ha revelado que, por primera vez en España, hay más de un millón de parados mayores de 45 años, un colectivo que ha duplicado su tasa de desempleo. Y de estos, la mitad desconfía en volver a tener un empleo. El dato revela el fracaso de las políticas formativas que deberían facilitar su reincorporación al mundo laboral. Paralelamente, las cifras de paro que arroja la Encuesta de Población Activa correspondientes al primer trimestre del año son demoledoras, 4.612.700 parados, por encima del 20 por ciento y más de dos puntos por arriba de las cifras del trimestre anterior. Los cocineros del INE dejaron al descubierto por error en su página web, y antes de tiempo, los datos que se tenían que haber hecho públicos el viernes, víspera de la jornada reivindicativa de los trabajadores. Quizás ha sido un respiro para que a los sindicatos no se les atragante, por indigesta, la celebración. Méndez y Toxo aprovecharán ese adelanto 'involuntario' de las cifras para encontrar la mejor manera de explicarles a los ciudadanos por qué ante una situación económica sin parangón en nuestra reciente historia dedican más esfuerzos a palmear la campaña de agitación contra la independencia del Tribunal Supremo y organizar marchas en apoyo al juez Garzón, que a poner su capacidad reivindicativa y de movilización social contra la destrucción de empleo. En pocas ocasiones de nuestra historia encontrarán los sindicatos más motivos para salir a la calle y ponerse del lado de los trabajadores. Es hora de que los sindicatos demuestren su valor y su verdadero papel como garantes de los derechos de los trabajadores, de los que mantienen su empleo y de los que lo han perdido, arrimando el hombro con responsabilidad y haciendo causa común contra el verdadero problema de España, que no es otro que el paro y la falta de expectativa de los que reclaman su oportunidad de trabajar. Lo demás es mirar para otro lado.
Publicado el 28 de abril de 2010 a las 14:45.