Renovación de personas pero escasez de ideas
El paro, junto con los problemas de índole económica, sigue siendo el principal problema de España y la primera preocupación de los españoles, según el último sondeo del CIS. A los ciudadanos, tener trabajo, o perderlo, es lo que verdaderamente les quita el sueño. Y en tercer lugar, la clase política y los partidos políticos. A esto último se encuentra perfecta explicación. Las demandas de los españoles están clarísimas, y quieren que la clase política, de la que -no sin razón- desconfían, dedique su atención a resolverlas. Como muestra, el congreso que ha elegido en Sevilla secretario general del PSOE a Alfredo Pérez Rubalcaba. Allí se ha proclamado un nuevo líder y se han repartido los cargos de la ejecutiva, pero no se ha escuchado una sola propuesta sólida para luchar contra el paro. En el desconcierto que provoca una derrota electoral pesa más solucionar el vacío de poder antes que la sequía de ideas para reencontrarse con el electorado perdido. O porque el PSOE anda tan huérfano de ideas que necesita volver a echar mano de sus viejos fantasmas. De otra manera no se entiende que lo primero que seriamente haya propuesto el nuevo secretario general es la revisión de los acuerdos con la Santa Sede para acabar con los privilegios de la Iglesia católica y para sacar la asignatura de religión del horario lectivo. Cuestiones que, como indican los sondeos, están muy alejadas de las preocupaciones de los españoles, pero parece que ningún socialista se ha tomado la molestia de consultar el dato demoscópico. El cónclave socialista se ha ocupado más de poner rostros a un mensaje agotado que de renovar el mensaje, y en esta tesitura afronta un futuro nada fácil, ni para el ganador, ni para los perdedores. La primera prueba será Madrid, donde el primer fin de semana de marzo se celebra el congreso del PSM, una cita en la que se medirán de nuevo las fuerzas de los partidarios de Rubalcaba, que presentarán una candidatura en la que se han barajado, entre otros, nombres como el ex ministro Valeriano Gómez, Pilar Sánchez Acera, e incluso el secretario general de UGT Madrid, José Ricardo Martínez. Rubalcaba tratará de arrebatar el liderazgo a Tomás Gómez, recuperar una importante Federación que se le va de las manos y de paso ajustar viejas cuentas con el ex alcalde de Parla. Tomás Gómez y también Rubalcaba deberían mirarse al espejo y reflexionar por qué el socialismo topa una y otra vez contra el muro del PP en Madrid. Quizá la respuesta esté en el CIS, y tambien en los congresos, en los que importan más las personas que sus ideas.
Publicado el 13 de febrero de 2012 a las 10:00.