La inacción de la delegada del gobierno
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A la delegada del Gobierno en Madrid, Dolores Carrión, le quedan unos pocos telediarios para ser destituida. No sólo porque a su mandato las encuestas dan fecha de caducidad el 20-N, sino por su manifiesta incapacidad para mantener el orden público, tarea para la que fue nombrada el pasado mes de abril en sustitución de Amparo Valcarce. Que te nombren 8 meses antes de unas elecciones generales es una faena, porque apenas has empezado a disfrutar del sillón oficial ya te lo están moviendo, pero la política tiene estas cosas. El caso es que en los pocos meses que lleva ocupando el caserón de la calle Miguel Angel, la delegada se ha ganado a pulso los méritos para ser destituida y su gestión ha sido ampliamente criticada por no actuar para defender la ley. Por falta de autoridad o por mirar para otro lado, ha permitido que los indignados del 15-M llevaran a cabo concentraciones ilegales, manifestaciones sin autorización y cortes de tráfico, que impidieran la ejecución de desahucios o que interfirieran en la labor de la policía evitando detenciones en Lavapiés. Por no hablar del insalubre espectáculo del campamento de la Puerta del Sol, ejemplo durante semanas de su manera de defender el espacio público de la ocupación ilegal. También ha tenido momentos de proactividad, lo que ha sido casi peor, como cuando permitió a las asociaciones laicistas y los indignados manifestarse por el centro de la ciudad un día antes de la visita del Papa, cuando Madrid estaba tomado por cientos de miles de católicos de todo el mundo. Las bochornosas imágenes de los enfrentamientos han quedado para el recuerdo. Su última contribución ha sido permitir la ‘okupación' del antiguo Hotel Madrid, en plena calle Carretas. Por si quedaran algunas dudas, varios sindicatos policiales han denunciado que tienen órdenes de no intervenir. Para defenderse de las críticas a su inacción y de quienes, como Esperanza Aguirre, la acusan de consentir que los ‘okupas' tengan bula para incumplir la ley, Dolores Carrión ha dicho que el desalojo lo debe decidir un juez, al ser el edificio de propiedad privada. Para terminar de atragantársele el cargo, ha tenido la mala suerte de que a Esperanza Aguirre le asaltaran su casa dos individuos que fueron detenidos y puestos en libertad sin ni siquiera ser interrogados. Que a unos individuos que asaltan una casa la policía se los lleve a comisaría y no les hagan ninguna pregunta, sea la casa de Esperanza Aguirre o la de cualquier otro ciudadano, es para echarse a temblar. Sensación total de impunidad ante la justicia
Publicado el 20 de octubre de 2011 a las 19:00.