¿Y a qué espera el que tiene que poner orden?
Archivado en: Editorial, Esperanza Aguirre, indignados, 15 M
Esperanza Aguirre, ha vuelto a mostrar su sentido común al proponer en su discurso de investidura una reforma de la ley electoral para desbloquear las listas y crear circunscripciones donde los ciudadanos puedan votar directamente a sus representantes. Una medida que parece responder a una de las principales demandas de los indignados del 15 M, la que exige que los políticos representen de verdad a los ciudadanos. Una de cal. La de arena llegó con su crítica al ministro del Interior por no haber evitado las manifestaciones y coacciones a los cargos públicos. La constitución de los ayuntamientos, especialmente aquellos más significativos en los que ha cambiado el partido gobernante ha deparado el lamentable espectáculo del hostigamiento a los concejales por parte de grupos de energúmenos empeñados en tomar las instituciones por la fuerza. Lejos de poder considerarse hechos aislados, produce estupor ver las hordas de radicales pretender asaltar por la fuerza los parlamentos, como si hubiésemos retrocedido 70 años, a las postrimerías de la Guerra Civil. Como ha dicho Artur Mas, se ha traspasado la línea roja. No estamos, afortunadamente, en un escenario ni parecido, pero no hay que minimizar un movimiento que surgió de manera espontánea, fruto de la indignación social ante la falta de respuesta política a la crisis, y que ha acabado por radicalizarse peligrosamente. Capitaneado por oportunistas grupos antisistema, han encontrado en la pasividad de los garantes del orden público el acicate a sus acciones cada vez más audaces y peligrosas. Y no quiero dejar de aprovechar estas líneas para mostrar mi solidaridad con el alcalde de Madrid y mi más absoluta repulsa por el acoso que sufrió por parte de un grupo de radicales organizados cuando paseaba al perro junto a su familia a las puertas de su casa. Los gritos de "no nos representas" reflejan la empanada mental de los extremistas, que olvidan que la mayoría de los ciudadanos de Madrid ha elegido a Ruiz Gallardón para que les represente frente a otras opciones políticas. A Gallardón o a cualquiera que estuviera en su lugar, independientemente de su color político. Estos "indignados" carecen de la representatividad que niegan al alcalde. La radicalidad con que actúan por todo el país está siendo proporcional a la permisividad del Ministerio del Interior, que ha mirado para otro lado ante la ocupación ilegal de los espacios públicos, y ha acabado por envalentonar a estos grupúsculos empeñados en imponer su "indignación" a la fuerza. Hay que aplicar la ley ya.
Publicado el 17 de junio de 2011 a las 09:00.