Referentes europeos en fracaso escolar
Archivado en: Editorial, fracaso escolar, abandono escolar, reforma educativa
Es descorazonador comprobar la brecha educativa que nos separa de los países de la Unión Europea. Cuando la canciller alemana Angela Merkel anima a los jóvenes ingenieros, investigadores, médicos, etcétera, a emigrar a su país en busca de las oportunidades que aquí no encuentran, nos topamos de frente con la realidad del fracaso de nuestro sistema educativo. Un reciente informe de la Unión Europea revela que España es el segundo país de la UE con mayor índice de fracaso escolar. El porcentaje de alumnos que abandonan los estudios antes de acabar secundaria llega al 31,2 por ciento, un dato sólo superado por Malta y que nos coloca al mismo nivel que Portugal. Por contra, la media europea de jóvenes entre 18 y 24 años que no han concluido la enseñanza secundaria se sitúa en el 14.4 por ciento. Demasiada diferencia con los países de nuestro entorno. Pero no sólo eso: en los últimos diez años el nivel de fracaso escolar en España se ha incrementado en 7,2 puntos. Las cifras confirman la crítica situación de nuestro sistema educativo, que se ha ido deteriorando a medida que se aplicaban las diferentes leyes y reformas de la educación, leyes que no han definido unos objetivos claros y evaluables de mejora de los resultados educativos para facilitar la integración en el mercado laboral a jóvenes bien preparados. Junto a esto, el boom económico que vivió España actuó de reclamo para muchos jóvenes que dejaron de lado sus estudios a cambio del dinero fácil que les proporcionaba un mercado lleno de oportunidades para trabajos no cualificados. El estallido de la burbuja inmobiliaria, y la grave crisis posterior, han invertido esta tendencia y han acabado por elevar la cifra de desempleo juvenil por encima del 40 por ciento. También la banalización social, que eleva a los altares catódicos a zánganos convertidos en famosos de la noche a la mañana actúan como referentes para una juventud que ha adoptado la cultura del mínimo esfuerzo. Es significativo comprobar que los países con mayores tasas de crecimiento económico y menores tasas de desempleo, como Alemania, se distinguen también por un nivel de abandono escolar inferior a la media. E igualmente revelador es que el gasto público en educación en España, 4,35% del PIB, sea también menor que la media europea, situada en el 4,96% del PIB. Como ha dicho el ministro de Educación, Ángel Gabilondo, reducir el abandono escolar es el gran reto educativo y uno de los mayores retos sociales que se le presenta a España. No puede tener más razón. Manos a la obra.
Publicado el 4 de febrero de 2011 a las 09:30.