Una norma común sobre el burka
Barcelona ha enarbolado la bandera de la lucha contra el burka y se ha convertido en la primera gran ciudad española que prohíbe el acceso a las dependencias e instalaciones municipales a las mujeres que vayan cubiertas con el velo integral. De esta manera sigue la estela de otras ciudades de Cataluña como Tarragona, Lleida o El Vendrell, y más recientemente Coín, en Málaga, que han regulado las normas relacionadas con la utilización del niqab y el Burka en lo espacios públicos. De continuar por esta senda, la existencia de numerosos ayuntamientos en cuyos territorios conviven diferentes confesiones religiosas puede propiciar una peligrosa deriva en la que las corporaciones locales entren en una espiral reguladora de las normas de convivencia intercultural con el fin de garantizar la igualdad real entre hombres y mujeres. Se puede justificar la prohibición de estas prendas en lugares públicos con el argumento de que su uso no garantiza la seguridad jurídica al dificultar la identificación de las mujeres que porten estos símbolos religiosos, o que dificulta igualmente su integración en la sociedad. Cierto es también que la presencia de mujeres con el velo islámico no necesariamente implica incidentes o problemas de convivencia, salvo cuando su uso entra en contradicción con normas de régimen interno como ha sido el caso de colegios e institutos cuyos consejos escolares han determinado la pauta a seguir. Ante la falta de un criterio común que aplicar en cada caso, no es menos cierto que el uso del burka o del velo islámico implica un trato desigual entre el hombre y la mujer, mas concretamente de la mujer frente al hombre, y un claro obstáculo que interfiere en su desarrollo personal. Por estas mismas razones hay que evitar que la regulación de estas prendas sea decidida de manera unilateral en cada municipio como está ocurriendo en estos momentos y que sean las Cortes las que decidan sobre la cuestión. Se requiere un análisis sosegado y una mayor reflexión que de cómo fruto una regulación general que fije las pautas comunes de actuación para evitar contradicciones y el incesante goteo de decisiones municipales aisladas. El ministro de Justicia ha adelantado en esta línea que la futura ley de libertad religiosa limitará el uso del burka en los espacios públicos. Gobiernos como el de Francia ya han zanjado definitivamente este debate estableciendo una norma común de aplicación para todo el territorio.
Publicado el 17 de junio de 2010 a las 10:15.