En el límite de lo soportable
Los papeles de Bárcenas, sean verídicos o manipulados, tienen contra las cuerdas al Partido Popular y a su presidente, Mariano Rajoy, que a duras penas consiguió salir airoso de las preguntas a las que le asediaron los periodistas en la rueda de prensa al término de la cumbre y en presencia de Angela Merkel. Si había dudas en cuanto a los supuestos cobros de sobresueldos entre la cúpula del partido, la respuesta de Rajoy "algunas cosas son falsas y otras verdad" ha terminado por enmarañarlo aún mas. Sorprende la falta de reflejos con que está reaccionando el PP a la hora de plantear las acciones judiciales, a las que se han adelantado a titulo individual algunos dirigentes cuyos nombres aparecen en los papeles de Bárcenas como Ana Palacio, o el propio José María Aznar, que ha demandado a El País por atribuirle la autoría del reparto de sobresueldos. Mucha gente se está preguntando a qué espera el PP para iniciar de inmediato las acciones judiciales que anunció que iba a tomar. Mientras tanto, cada día que pasa la situación se vuelve mas complicada para el PP, que ha tenido que hacer uso de su mayoría absoluta en la Junta de Portavoces para vetar todas las iniciativas presentadas por la oposición en relación con el caso, incluida la petición de una comisión de investigación sobre la amnistía fiscal y la comparecencia de Rajoy en el pleno del Congreso para dar explicaciones sobre la corrupción política. Esta actitud se aleja mucho de la máxima transparencia que el PP prometió para esclarecer los hechos. Mala pinta tiene este asunto y peor puede acabar si no se toman medidas, porque así no podemos seguir. El ciudadano es el que está soportando todos los esfuerzos a los que le han sometido sin rechistar, mientras los políticos protagonizan un escándalo tras otro. Se ha traspasado la barrera de lo tolerable, y la sensación es que el sistema actual no da para más. En este clima es inevitable que se alcen voces que reclaman la necesidad de modificar el sistema electoral para que haya listas abiertas y no bloqueadas y que el protagonismo sea de los ciudadanos por encima de los políticos profesionales. Eso frenaría el paso a los profesionales de la política, una de las reformas necesarias para conseguir la regeneración de España. Menos poder para los partidos y más para los ciudadanos. Porque si no llega la regeneración a la política, dificilmente llegara la recuperación económica y la prosperidad. La deriva de rumbo a la que esta llegando España exige altura de miras y una respuesta que los partidos politicos no estan dando. El tiempo apremia y el riesgo de un estallido social es cada vez mayor, porque cada vez es más grande el cabreo ciudadano.
Publicado el 7 de febrero de 2013 a las 18:15.