Todos con el agua al cuello
Las comunidades autónomas han registrado hasta septiembre un déficit de 11.978 millones de euros en términos homogéneos (descontando los anticipos a cuenta), equivalente al 1,14% del PIB. Según los planes de estabilidad marcados por Europa, las comunidades deben acabar el año con un déficit igual al 1,5% del PIB, por lo que hay moderado optimismo de que finalmente se pueda cumplir el objetivo. Para llegar a este punto ha sido necesario sacar la tijera recortando con contundencia en los servicios públicos como la educación y la sanidad. En el caso de la Comunidad de Madrid, al esfuerzo de contener el déficit se ha añadido la distorsión que provoca el modelo actual de financiación autonómica, un modelo que, como no se cansa de denunciar el presidente Ignacio González, produce fuertes desajustes en la comunidad. El modelo vigente es fruto de un pacto que alcanzó Rodríguez Zapatero con el Gobierno Tripartito de Cataluña, que se hizo como un traje a la medida para beneficiar a esta comunidad. Con una simple comparativa se entiende: Cataluña recibe del Estado 15.700 millones de euros, cuando su recaudación es de 27.000 millones; Madrid, pese a recaudar 66.000 millones, sólo recibe 11.400. A pesar de que Madrid cuenta con mayor capacidad fiscal y mejores cifras en términos de PIB que Cataluña, se ve claramente perjudicada por el Estado en el dinero que recibe. Si a eso unimos que ha tenido que recortar 1.700 millones en sus presupuestos para ceñirse al objetivo de déficit, más el millón adicional de euros que ha dejado de percibir en virtud de los desajustes del sistema de financiación, entendemos mejor el marco en el que se mueve para ejecutar sus presupuestos y las medidas que se ha visto obligado a adoptar para cuadrar las cuentas y que tienen al sector sanitario, al de la educación y al transporte en pie de guerra. Y en breve se avecina otro frente, el de los ayuntamientos, incluidos los municipios del PP, que van a tener que hacer encaje de bolillos, para asumir el coste de las BESCAM que va a dejar de financiar el Gobierno regional. El ejecutivo esgrime que las BESCAM fueron creadas para dedicarse en exclusiva a tareas de seguridad ciudadana, pero la realidad es que la precariedad de medios de los ayuntamientos ha hecho que se estén destinando a funciones ordinarias de policía municipal, por lo que su aportación cubrirá sólo el 50% de su coste. Los ayuntamientos han puesto el grito en el cielo porque la mayoría ya ha presentado sus presupuestos y no quedan partidas de dónde arañar. O se encuentra una solución urgente, o no habrá municipio que pueda cumplir el objetivo del 0,3% de déficit, o se resentirá la seguridad ciudadana.
Publicado el 6 de diciembre de 2012 a las 17:30.