Las sandeces de Eurovegas
El líder de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, ha dicho que va a usar todos los instrumentos que pueda para oponerse a Eurovegas, incluida la vía jurídica, porque es un proyecto que "pone en riesgo el futuro económico de Madrid". A ver si lo he entendido: ante la posibilidad de que en el peor momento económico que ha vivido jamás nuestra economía, con el paro acercándose a los seis millones de personas, los jóvenes sin expectativas de empleo, el consumo por los suelos, el sistema financiero a punto de reventar y la amenaza de una intervención, tenemos al alcance de la mano que venga un empresario a invertir su dinero en España y le ponemos pegas. El proyecto Eurovegas que el multimillonario norteamericano Sheldon Adelson proyecta construir en España, y con grandes posibilidades de que finalmente se ubique en Alcorcón, contempla un megacomplejo de ocio, negocios y juego con una docena de hoteles, seis casinos, 36.000 plazas hoteleras, centro de convenciones, restaurantes, salas de espectáculos, campos de golf, y un largo etcétera. Eso sin contar con el dinero que dejaran en Madrid los turistas que vengan a Eurovegas, como dejan en París los que visitan Eurodisney, que por cierto, se nos escapó de las manos mientras las autoridades locales mareaban la perdiz con el modelo de desarrollo, el urbanismo y la ecología. Al final llegaron los franceses y se llevaron la inversión en nuestras mismas narices. Parece que no hemos aprendido la lección. A este hombre con pinta de Dani de Vito se le podrá criticar por hortera, pero viene con su dinero por delante dispuesto a gastarse la friolera de 30.000 millones de euros. Traducido en puestos de trabajo, estamos hablando de unos 250.000, entre directos e indirectos. Ante esta oportunidad única, un espejo para que otros inversores también se animen a venir a España, algunos ven un riesgo para el futuro económico de la región. Que me lo expliquen. Entre las muchas sandeces que se están escuchando, las protestas de los ecologistas inciden en la destrucción de la biodiversidad ambiental. Desde estas líneas propongo al alcalde de Alcorcón y a la presidenta de la comunidad que organicen visitas guiadas para que los ciudadanos puedan comprobar in situ el secarral lleno de mierda que un inversor quiere convertir en un macro complejo de ocio, negocios y juego con hoteles, casinos y centros de convenciones. Que juzguen con sus propios ojos el "alto valor ecológico" de los terrenos donde habitan las ratas entre los vertederos y las escombreras. Se dice que el proyecto fomentará la ludopatía. Como si en Madrid no hubiera ya casinos, salas de bingo y casas de apuestas, y en los bares máquinas tragaperras. Y la traca es que el complejo atraerá la prostitución. Es colmo de la hipocresía. Ahora resulta que vamos a importar la prostitución, como si no estuviéramos hartos de verla a diario en las calles, polígonos y clubes de alterne. ¿O es que en Madrid no hay putas?
Publicado el 11 de mayo de 2012 a las 11:15.