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Blog de Alberto Castillo

Sin acritud

Recortes y protestas en la calle

El gobierno ha suspendido los primeros exámenes tras el plan de ajuste aprobado el pasado viernes. Los 56.000 millones que suman los recortes no han convencido a los mercados, cuya percepción es que las medidas tomadas no son suficientes para dar la vuelta a la situación de España. La puntilla a este despropósito lo ha dado el Fondo Monetario Internacional, con un demoledor informe que, sin tener en cuenta las últimas medidas del Gobierno, augura una caída del 0,6% del PIB para el próximo año, predice el incumplimiento del déficit acordado con la UE y sitúa a España e Italia como el mayor peligro para la economía mundial. ¿Qué más puede hacer el Gobierno? ¿Por qué si está llevando a cabo las medidas que le ha marcado Bruselas, si está tomando dolorosas decisiones que tienen al país entero en carne viva, la respuesta de los mercados sigue siendo de encefalograma plano? Tampoco se explica la actitud del Banco Central Europeo, que bien podría contribuir a aliviar la presión comprando deuda española, pero sigue mirando para otro lado como si no fuera con él. Pero la percepción exterior es que el Gobierno, habiendo actuado en la dirección correcta, se ha quedado corto, porque sigue titubeando sin  decidirse a meterle mano a la estructura del Estado, el principal problema que a día de hoy sigue lastrando a España. Los mercados no dejarán de castigarnos hasta que observen un cambio de tendencia en este sentido. Mientras tanto, en la calle se barrunta la sensación de que la clase política no está asumiendo los sacrificios con la misma intensidad que la ciudadanía, y el sentimiento de frustración y angustia se extiende como la pólvora. El PSOE ha anunciado que se pondrá al frente del cabreo ciudadano, junto a los sindicatos e Izquierda Unida. Es absolutamente comprensible el malestar en la calle, porque no se puede pedir más sacrificios a los españoles, mientras se mantiene el ritmo de gasto de las autonomías. Nos espera un verano de movilizaciones que culminará en otoño con una huelga general, y en este caso es previsible que sea mayoritariamente secundada porque la gente no puede mas. Gobierno y oposición deben manejar con tino esta situación, porque  puede escapársele a ambos de las manos y volverse incontrolada. La imagen de las calles ardiendo no nos beneficia en nada en un momento en el que lo que más necesita España es recuperar la credibilidad y la confianza para evitar lo que para muchos ya es inevitable de seguir el rumbo de los acontecimientos, una intervención en toda regla.

Publicado el 18 de julio de 2012 a las 12:30.

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El largo camino de las reformas pendientes

La Unión Europea ha dado a España un balón de oxigeno para que cumpla sus objetivos de reducir el déficit al 3 por ciento con un año más de plazo. El nuevo escenario permite pasar este año del 5,3% al 6.3% y el año que viene del 3% al 5,5%, lo que se acerca a posiciones más realistas. La UE ha tardado demasiado en asumir que la delicada situación económica de España haría imposible cumplir los compromisos, y más aún, acabaría contagiando al resto de países, pero ha acabado dando su brazo a torcer, mérito que corresponde al Gobierno, que además ha conseguido que la recapitalización será directa en la banca, sin necesidad de que pase por el Estado. Pero a cambio, ha tenido que asumir un brutal paquete de recortes, sugeridos o impuestos por Bruselas, que incidirán en la maltrecha economía de los españoles: la subida de los tipos del IVA, que saltarán del 8 al 10% en el tramo reducido y del 18 al 21% en el tramo general; la revisión de las prestaciones por desempleo que se rebajarán a partir del sexto mes de percepción y la supresión de la deducción por compra de vivienda a partir de 2013. Pero la gran reforma pendiente, en la que Rajoy ha dado los primeros pasos es la del sector público. El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, decía muy certeramente hace unos días que la profundidad de las reformas que cada país necesita dependerá de los desequilibrios económicos acumulados en los últimos años. En el caso español, su recomendación apunta directamente al sector público y en particular al despilfarro autonómico. Esta es la asignatura pendiente y el Gobierno no tiene más salida que coger de una vez el toro por los cuernos y enfrentarse al adelgazamiento severo de la administración, adoptando drásticas medidas de austeridad. En los últimos diez años se han incrementado los empleados públicos en 440.000 personas, un 20% en el conjunto del Estado. Esta mastodóntica administración es insostenible y las medidas del Gobierno, aunque tímidas, van en esta dirección: Se suspende la paga extra de navidad a los funcionarios y altos cargos de la administración y se recortan los días de libre disposición, los conocidos "moscosos". La revisión administrativa incluye la reducción de un 30% del número de concejales y la homogeneización de los sueldos de alcaldes y concejales de toda España, que tendrán que hacerse públicos, y la reducción o eliminación de empresas públicas en el ámbito local. Este es el camino a seguir, pero se echan en falta más ajustes para controlar el gasto de las autonomías.    

Publicado el 13 de julio de 2012 a las 11:15.

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Esta es la España que queremos

El histórico triunfo de la selección de fútbol nos ha devuelto el orgullo de ser españoles. La gesta de estos jóvenes ávidos de gloria nos ha hecho olvidar por unos días nuestros problemas y nos ha puesto frente a un espejo en el que mirarnos. Nos ha hecho grandes en el momento en que más necesitados estábamos de un chute de autoestima. Con su juego han derrochado talento y tenacidad, trabajo y esfuerzo; han sabido ganar con generosidad, demostrando una deportividad que engrandece el deporte. Así lo ha reconocido la prensa internacional, que ha subrayado de manera unánime los valores de la selección española, erigida por derecho propio como el mejor equipo de fútbol de la historia. Con su desbordante ilusión compartida, los jugadores de la Roja se han puesto el mundo por montera, demostrando que España es capaz de hacer todo aquello que se propone. Pero más allá de la euforia del triunfo, que la afición celebró saliendo a la calle masivamente para compartir con sus héroes la tercera corona en una explosión de agradecimiento en medio de una marea teñida de rojo y amarillo, la lectura no puede ser más positiva porque trasciende el ámbito de lo deportivo. El fútbol es la gran metáfora de nuestros días, de lo que soñamos ser como nación, de los objetivos que podemos alcanzar. Ha hecho falta un  gran director de orquesta como Vicente del Bosque, un líder tan carismático como sensato y discreto, artífice de la gloria de un equipo al que ha imbuido en su ADN la importancia de empujar todos en la misma dirección. Con seriedad y humildad, defendiendo sus convicciones contra viento y marea, ha dado una lección de confianza en el trabajo bien hecho. La victoria de la selección simboliza la unión de España ante un objetivo compartido por todos, donde el individualismo se subordina al trabajo en equipo y la procedencia carece de importancia. No puede haber ejemplo más claro de que la suma del esfuerzo común es más provechosa que las individualidades. Esta es la España que queremos, y en la que creemos, la que nos hace confiar de nuevo en las capacidades propias, la de la superación de las diferencias, la del sentimiento común de identidad, y la que nos demuestra que el esfuerzo abnegado siempre acaba dando sus frutos. La España de la excelencia, de la innovación, la que derrocha confianza en su futuro a pesar de las dificultades. Que esta lección que nos han dado nuestros deportistas perdure en el tiempo, y que nunca dejemos de gritar, sin complejos, soy español, español, español...    

Publicado el 5 de julio de 2012 a las 16:30.

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Políticos que dan ejemplo

El Ayuntamiento de Torrejón de Ardoz ha sido el único que ha recogido el guante de la propuesta que lanzó Esperanza Aguirre para reducir a la mitad el número de diputados de la Asamblea de Madrid. La propuesta, novedosa y valiente, puede no ser más que un brindis al sol porque  necesita el apoyo de dos tercios de la Cámara regional, además de la aprobación por parte del Congreso de los Diputados. A lo segundo no se prevé mayor problema, pues todo lo que sea recortable suena a música celestial para el gobierno de Rajoy, que nos va a meter una subida del IVA de las que hacen historia tan pronto encuentre la fórmula para vender a la opinión pública lo contrario de lo que prometió hace sólo un mes. Pero las condiciones impuestas por Bruselas para el rescate  a la banca llevan aparejadas unas recomendaciones de obligado cumplimiento, como se ha encargado de recordar el comisario Joaquín Almunia, que nos van a dejar tiritando en plena ola de calor. Lo primero, sin embargo, resultará más difícil lograrlo, porque ni el PSOE ni Izquierda Unida van a prestar sus votos para aprobar una medida que dejaría sin oficio ni beneficio a un considerable número de diputados. Pero como los políticos deberían ser los primeros en dar ejemplo y apretarse el cinturón, en ocasiones nos encontramos con decisiones acertadas que nos devuelven la confianza en la clase política, o al menos en aquella que considera que su actividad está al servicio del bien común y no de los intereses particulares. Decisiones como la que ha sacado adelante el ayuntamiento de Torrejón de Ardoz con su alcalde, Pedro Rollán, a la cabeza -no en vano fue el alcalde más votado de España en las últimas elecciones- que ha aprobado en pleno la reducción del número de concejales de los 27 actuales a 13. Ninguna otra localidad ha considerado una medida similar. La excusa es que no es potestad municipal, sino que exige que las Cortes Generales modifiquen la Ley Orgánica de Régimen Electoral General que recoge los parámetros que determinan el numero de concejales de los ayuntamientos. Lo que ha hecho el Pleno de Torrejón es aprobar una moción instando a las Cortes a modificar dicha Ley. Puede quedar en nada, pero es un primer paso y la demostración de una voluntad inequívoca de dar ejemplo de austeridad, completada con otras medidas de reducción del gasto, algunas menores, pero tremendamente simbólicas como que los políticos del municipio se paguen de su bolsillo el consumo de los teléfonos móviles de trabajo. Un ejemplo a seguir.

Publicado el 29 de junio de 2012 a las 08:00.

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Que nos digan la verdad de una vez

Los españoles tenemos derecho a que se nos diga la verdad, por dolorosa que sea. El Partido Popular se llenó la boca cuando estaba en la oposición denunciando que Rodríguez Zapatero ocultó durante meses la realidad de la crisis que atenazaba a España, lo que impidió que adoptaran medidas que más tarde y ante la presión de Europa, hubo que tomar. De repente nos topamos de bruces con la realidad y nos encontramos que la economía no jugaba en la "Champions League" como nos habían intentado hacer ver, sino que jugábamos en tercera regional. El Partido Popular, ahora en el Gobierno, está cometiendo los mismos errores, practicando una política de comunicación confusa y contradictoria, ofreciendo verdades a medias y dando pábulo a la especulación con la consiguiente desconfianza de mercados y particulares. ¿Por qué no coge el toro por los cuernos y hace un ejercicio de transparencia, más necesaria que nunca en tan difíciles circunstancias para España? Ya sabemos que no tiene mas remedio que tomar decisiones dolorosas para la maltrecha economía de las familias, medidas que vienen ordenadas desde Bruselas tras solicitar el rescate a la banca, disfrazado eufemísticamente con toda suerte de paños calientes. La realidad es la que es y a las cosas hay que llamarlas por su nombre. Europa ha salido al rescate de la banca española y como tal hay que contarlo, con toda simpleza y en toda su crudeza. Y el rescaté lleva aparejadas unas condiciones de devolución de la línea de crédito que a su vez exigen nuevas medidas de ajuste que el Gobierno tiene que adoptar quiera o no quiera. Los ciudadanos queremos saber lo que nos depara el futuro, más en lo que afecta al bolsillo. El penúltimo episodio de esta ceremonia de la confusión afecta a la subida del IVA. El presidente del Gobierno ha manifestado que "pronto, a lo largo de este año, habrá nuevas medidas económicas que no tendrán más objeto, por difíciles que sean, que crecer y crear empleo". Hace poco más de un mes, Rajoy aseguraba que el Gobierno ya había hecho todo lo que estaba en su mano en materia de reformas. Ahora el comisario Joaquín Almunia declara que tras la solicitud del rescate, "la subida del IVA no es un recomendación, sino una obligación". Si ya sabemos lo que nos espera, que nos lo digan de una vez. Si la fórmula elegida es pasar una serie de productos del tipo reducido del 8% al normal del 18% que nos digan de qué productos se trata para saber a qué atenernos. Pero que nos digan la verdad y sobre todo, que no nos tomen por imbéciles.

Publicado el 28 de junio de 2012 a las 18:15.

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Recortes hasta en la basura

La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, ha abierto un controvertido debate al anunciar la reducción del servicio de recogida de basura de forma que no sea diario para contribuir a cuadrar las cuentas. No es la primera vez que el ayuntamiento madrileño barajaba una medida similar. En 2010 con Gallardón de alcalde y Ana Botella de Delegada de Medio Ambiente, el consistorio estudió la posibilidad de que la basura no se recogiera domingos y festivos para ahorrar costes, aunque finalmente no se llegó a aplicar. Todos los grandes municipios de la comunidad recogen a diario los residuos, y salvo algunas excepciones, como San Sebastián de los Reyes, Alcalá, Rivas, Majadahonda o Villalba entre otros, carecen de tasa de basuras. No parece una medida descabellada, si comparamos con otras capitales como Londres y Berlín, que recogen la basura una vez a la semana o Bruselas, que la recoge dos veces. Aunque tampoco las temperaturas en esas ciudades son las de Madrid, ni el comportamiento cívico de sus ciudadanos tiene parangón con el que nos gastamos aquí. Puede ser incluso acertado a largo plazo si contribuye a cambiar los hábitos de los ciudadanos para que empiecen a tomarse en serio la importancia de separar la basura para su reciclaje. En principio no debería suponer un problema que la basura orgánica no se recoja todos los días, siempre y cuando no haya puercos que sigan dejando sus residuos a la intemperie cuando les viene en gana. En este sentido la educación es fundamental y servirá de acicate para fomentar el civismo de los ciudadanos. Otra cosa es que en determinados periodos como el verano habría que valorar recoger todos los días para que la descomposición no provoque malos olores y atraiga a ratas y cucarachas al suculento festín. Pero lo que no es de recibo es que los ciudadanos de Madrid sigan pagando la misma tasa de basura cuando se les reduce el servicio. El ayuntamiento de Madrid ha aclarado esta cuestión y la alcaldesa ha garantizado que ese ahorro se trasladará a los madrileños mediante una rebaja en la tasa, aunque el delegado de Economía y Empleo, Pedro Calvo, había dicho lo contrario, que “no necesariamente” tiene que conllevar una rebaja. Confiemos en que efectivamente se produzca esa rebaja porque los ciudadanos estamos hasta la peineta de pagar los platos rotos de una fiesta a la que no hemos sido invitados. Así que si quieren recortar servicios, que sea con la consiguiente disminución de tasas, y si no, a recortar en sueldos y asesores, que ahí sí hay campo para segar hasta aburrirse.

 

Publicado el 21 de junio de 2012 a las 14:30.

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Grecia no era el problema

De nuevo la realidad topa con los deseos. Nos las prometíamos felices pensando que el resultado de las elecciones en Grecia que ha dado la victoria a los partidarios de mantenerse en el euro, iba a ser el revulsivo que necesitaban los mercados para aliviar la presión sobre España, y una vez más la furia de los inversores nos ha desconcertado con brutales ataques que han vuelto a elevar a prima de riesgo a records históricos, han tambaleado la bolsa y han situado el interés de la deuda en máximos difíciles de sostener. ¿Qué nos está pasando?  Los mercados no se conforman con los pasos que se han dado hasta el momento y las medidas emprendidas por el gobierno, necesarias, parecen insuficientes. Ni la reforma laboral, ni la de las pensiones, ni la subida del IRPF ni el saneamiento de las cuentas públicas, ni el compromiso de contención del déficit ni tampoco el rescate a la banca con una línea de crédito de 10.000 millones de euros, han convencido a los mercados y han alejado a España del abismo al que nos asomamos cada día un poco más. Parece un lugar común el convencimiento de que la única forma creíble de taponar la enorme vía de agua en que se ha convertido España dentro de la Europa del euro es avanzar en una verdadera unión política, fiscal y bancaria, y enviando señales inequívocas de que la unidad del euro es un proyecto irrenunciable. Mientras los mercados sigan con sus dudas acerca del futuro de la moneda única, España seguirá el paseo por la cuerda floja y los esfuerzos para aliviar la tensión en los mercados estarán condenados irremediablemente al fracaso. Cuesta entender en esta tesitura la pasividad del Banco Central Europeo y su negativa a intervenir con una compra masiva de deuda española que contribuyera a despejar las dudas. Aunque no hay que descartar que estemos en la antesala de una intervención de rescate total a España para impedir que en su caída arrastre a toda la zona euro. Pero España no ha terminado de hacer sus deberes y queda un largo camino de reformas que acometer. Poco margen va a tener el presidente del Gobierno para sortear las sugerencias que le llegan desde Europa, como la recomendación del FMI para incrementar el IVA y los impuestos especiales, bajar el sueldo de los funcionarios y eliminar la desgravación fiscal a la vivienda. Son medidas impopulares a las que difícilmente se podrá sustraer, y más tarde o más temprano, las acabaremos sufriendo. Más aún si son condición innegociable para que el Fondo de Rescate europeo se decida a comprar deuda soberana.

Publicado el 21 de junio de 2012 a las 14:15.

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Cariño, no es lo que parece...

Estábamos necesitado de buenas noticias y la inyección de cien mil millones de euros en una línea de crédito al sistema financiero lo es. El principal reproche es que haya llegado demasiado tarde porque nos podíamos haber ahorrado muchos sustos. Pero aunque tardía, es una señal inequívocamente clara de la UE a los mercados financieros para despejar dudas en torno al compromiso europeo con la estabilidad de la eurozona y que permitirá recuperar la confianza exterior en nuestro país. Aunque la bolsa y la prima de riesgo no lo han entendido así, al menos hasta que se conozca la letra pequeña con las condiciones del préstamo, y su reacción, lejos de la euforia que se esperaba, ha sido más bien tibia, pero es una medida oportuna y necesaria, que a medio plazo debería estimular la fluidez del crédito. Lo de menos es como se denomine, si rescate, intervención o préstamo. Por mucho que el gobierno se haya esforzado en revestirlo semánticamente, como el marido infiel pillado in fraganti con la amante en la cama que niega la evidencia y contesta "cariño, no es lo que parece", los temidos "hombres de negro" llamarán a nuestra puerta. Para que no queden dudas, lo ha confirmado el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schaeuble, que ha dejado claro que la troika compuesta por expertos de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional se encargará de controlar la reestructuración del sector bancario español y lo ha corroborado también el vicepresidente de la comisión, Joaquín Almunia con esta sentencia: "quien da dinero, nunca lo da gratis". El dinero no llega sin más y a los españoles nos va a salir caro. Alguien tendrá que pagarlo y evidentemente, no serán los que han puesto el dinero. El Gobierno va a tener que hacer un nuevo ajuste para pagar los intereses del préstamo, además de las medidas que "sugiera" la troika. Aunque formalmente no se pierda la soberanía, como ocurrió en los rescates a Grecia, Irlanda y Portugal, lo cual es en sí mismo una notable diferencia. Ahora bien, este monumental esfuerzo para sanear el sistema financiero será inútil si persisten las causas que han provocado esta situación. Tan urgente como la inyección de fondos es la profilaxis del sistema político, que es el gran problema de nuestro país y el más difícil de sanear, pues está extendido como una metástasis en todas las estructuras del Estado. Mientras en España no se aplique a rajatabla una cultura de respeto absoluto por el dinero de todos, los esfuerzos para salir de nuestras miserias serán en vano.

Publicado el 12 de junio de 2012 a las 13:00.

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Luz y taquígrafos ante el expolio de Bankia

Personalmente me ha producido la misma indiferencia que el Gobernador del Banco de España haya renunciado voluntariamente a su cargo o que su salida anticipada haya sido forzada por Mariano Rajoy. En cualquier caso se ha marchado con una patada en el trasero y confiemos en que su salida facilite el proceso de saneamiento del sistema financiero que, con su nefasta gestión, ha contribuido al mayor de los desprestigios, empezando por la propia imagen de la institución a la que ha dejado a la altura del betún. Lo que de verdad me preocupa, o mas bien me indigna, es que se vaya como si aquí no hubiera pasado nada y los españoles nos quedemos sin conocer los tejemanejes que han provocado la actual situación de Bankia, que ha pasado de ser el cuarto grupo bancario nacional a ser intervenida con miles de millones de pérdidas reconocidas. Los ciudadanos queremos que nos expliquen por qué empezamos hablando de una inyección de capital de 4.000 millones para sanear Bankia y hemos acabado en una cantidad cercana a los 24.000. Nuestro sistema financiero está en entredicho y airear la basura puede no ser lo más oportuno en este momento, pero probablemente estemos más que nunca necesitados de un ejercicio de transparencia que despeje definitivamente las dudas que los mercados tienen sobre nuestra solvencia como país. Y eso exige depurar responsabilidades. Que el PP y el PSOE hayan vetado la creación de una comisión de investigación en el Congreso con luz y taquígrafos, y que se despache el asunto con una subcomisión a puerta cerrada no es suficiente. Limitarse a sustituir al gobernador del Banco de España para hacer cargar sobre él la responsabilidad única de la crisis bancaria no hace sino aumentar la desconfianza y las sospechas de los ciudadanos, que quieren conocer cuáles son las causas y quiénes los culpables de esta situación. Y ello exige la comparecencia en el congreso de todos los que han tenido que ver con la gestión de Caja Madrid y Bankia, como Miguel Blesa, Rodrigo Rato, José Luis Olivas, y el propio Miguel Ángel Fernández Ordóñez, así como los políticos de uno y otro partido que se han sentado en el consejo de administración o que han contribuido con sus decisiones a la crisis de las cajas de ahorros. Lo contrario es alimentar la sensación de que unos y otros se están tapando mutuamente los abusos cometidos, entre ellos el reparto de sueldos y prebendas sin el mínimo rubor en entidades que han acabado arruinando, como los 14 millones de euros a un directivo de Bancaja.

Publicado el 31 de mayo de 2012 a las 18:45.

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Ante hechos no caben razones

Cada mañana paso por la puerta del comedor social Ave María. Gestionado por la Fundación Real Congregación de Esclavos del Dulce Nombre, está en los bajos del periódico Gente, en la calle doctor Cortezo esquina con Atocha y es uno de lo muchos centros que distribuyen gratuitamente alimentos en Madrid para las personas más necesitadas. Como en el resto de comedores similares que hay repartidos por todas las ciudades de España, diariamente se forman largas colas de personas que acuden a comer un bocadillo y beber un vaso de leche. Todos los días veo la larga fila de personas que aguardan turno para recibir su ración de comida a cambio de nada y pienso en los esfuerzos que voluntarios y miembros de la congragación tienen que hacer para no dejar sin alimento a nadie. A cambio de nada, porque allí no se pregunta. Solo se reparte la comida y se atiende a las personas que lo necesitan, que son muchas. No se pide a cambio un rezo, ni una confesión, ni siquiera que den las gracias. Sobran las palabras cuando la necesidad es tan apremiante. Probablemente a ninguna de las personas atendidas les importe mucho la polémica del IBI de la Iglesia. Lo único que quieren es que alguien se ocupe de ellos y les procure algo de alimento. Cualquiera que pase delante de un centro de Cáritas o de cualquier otra organización que atiende a los pobres puede comprobar la labor social que presta la Iglesia. Alguien tiene que hacerlo. Por eso la pretensión de Alfredo Pérez Rubalcaba para que el PSOE presente en los ayuntamientos mociones para cobrar a la Iglesia el Impuesto de Bienes Inmuebles es un alarde demagógico por más que se intente vestir como una contribución de todos a la salida de la crisis. ¿Acaso es poca contribución? Convendría que algunos políticos salieran por unas horas de sus despachos y se dieran una vuelta por estos comedores para conocer de primera mano cómo miles de personas y familias enteras subsisten gracias a la ayuda desinteresada de estas organizaciones. Esta ofensiva laicista denota la falta de ideas del PSOE, que vuelve a recurrir a viejos fantasmas para recuperar la iniciativa. Pero ante hechos no caben razones, y los españoles siguen incrementando su contribución al sostenimiento de la Iglesia marcando la "X" en la casilla de la renta. A pesar de haberse registrado un descenso en el número de contribuyentes, las declaraciones con asignación a favor de la Iglesia siguen creciendo, lo que revela cuál es la percepción real que la sociedad tiene hacia la labor que presta la iglesia. Sin manipulaciones

Publicado el 30 de mayo de 2012 a las 18:30.

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Alberto Castillo

Alberto Castillo

Director de Gente en Madrid. Periodista madrileño, de 46 años, cuenta con una dilatada experiencia en medios. Ha sido subdirector general de la Agencia de Noticias Servimedia. Gran parte de su carrera profesional ha estado vinculado a la radio en distintas cadenas. Comenzó en la Cadena Rato en los años 80 y de ahí pasó a la COPE, cadena en la que fue redactor de informativos locales, redactor jefe del informativo matinal "La Mañana" (con el desaparecido Antonio Herrero), redactor jefe de informativos de fin de semana y jefe de prensa. Su última etapa en la radio fue en la extinta Radio España-Cadena Ibérica.

 

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