Hombres salmonela en el planeta Porno
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Porno, porno, porno; sexo, sexo, sexo. Ya está. Espero haber agotado la tontería de las búsquedas erróneas. Lo que sigue es el comentario de un libro, cuento a cuento.
Hombres salmonela en el planeta Porno (Atalanta, 2009) ofrece una entrevista al autor, Yasutakawa Tsutsui (Japón, 1934) y seis relatos de difíciles de encasillar: ciencia ficción, sátira social contemporánea japonesa (y occidental), sentido del humor y un gusto especial por el malabarismo literario entre la ficción realista y la fantástica.
El bonsái Dabadaba cuenta los efectos de estímulo onírico y sexual de un bonsái que se coloca en la mesita de noche... El relato termina en una orgía caótica con sentido del humor. Sí, ya sé que en este momento habrá alguien alarmado ("ha contado el final"), pero da un gusto dar el final de un cuento sin revelar lo verdaderamente interesante...
Rumores sobre mí, el segundo relato, es para mí el mejor de la colección. Un don nadie se convierte en hombre noticia para los medios de comunicación. El personaje se siente primero acosado, luego...
El límite de la felicidad resulta desigual con un comienzo lento y un buen desenlace surrealista con el absurdo de una extinción humana parecida a la de los lemmings, pero en vez de acantilados por donde caen los roedores tenemos una cenagosa playa para los humanos. (Sólo desde el final del cuento se puede comprender el principio).
En El mundo se inclina una ciudad flotante se viene a pique lentamente.
El último fumador muestra la cacería desatada contra los fumadores, y la resistencia numantina de los últimos, sometidos a linchamientos (nada figurados) y persecuciones hostiles por las fuerzas especiales del Estado. Chuck Norris o Steven Seagal podrían interpretar al último fumador si se adapta el cuento a un guión antes de que mueran estas glorias del vídeo.
Hombres salmonela en el planeta Porno es un viaje de orgia y desénfreno, como diría aquel... Tres científicos en un planeta extraño (Porno), donde todo merece el calificativo de obsceno, marchan hacia una ciudad para solucionar un problema: la única mujer del grupo de científicos ha quedado embarazada por un vegetal. El viaje sirve para la búsqueda personal de cada uno de los integrantes de la expedición, una búsqueda filtrada por el sexo. Y permite a Tsutsui explorar una alternativa curiosa a la teoría del evolucionismo
Tsutsui tiene casi nombre de pájaro ("chogüí, chogüí, que lindo es que lindo va"), tiene frescura, ironía y esa mirada diferente (¿japonesa?) hacia el sexo. Diferente de la occidental, de la mediterránea (ya llego, ya llego), de la española. Algo de esto se comprende, por ejemplo, en la literatura de Kawabata: cómo la moral se contagia de la estética (lo bueno es lo bello, lo feo lo malo).
La literatura japonesa contemporánea parece obsesionada por el sexo. Pero ¿la presencia del sexo responde a los mismos valores culturales? ¿Es nuestra lectura la obsesionada? Y aquí llega el lío. Por eso creo que conviene leer Hombres salmonela... con flema inglesa (no escupir): una elegante combinación de indiferencia bien disimulada, relativismo y curiosidad del que lo ha visto todo. Así, con esta colección de relatos asomaría la sonrisa, sin dejarse impresionar por la frase corta, para calificar la obra con el adjetivo preciso.
P.D.: Hoy no daré ese adjetivo.
Publicado el 17 de junio de 2009 a las 12:15.