Y al tercer día Cristiano volvió a hablar. En esta ocasión no fue en una zona mixta, ni siquiera en una rueda de prensa, sino a través de un comunicado en Facebook que reza lo siguiente: "...Me acusa de querer más dinero, pero un día se mostrará que no es el caso. En este punto, sólo quiero garantizar a los aficionados del Real Madrid que mi motivación, dedicación, compromiso y deseo de ganar todas las competiciones no se verán afectados. Tengo demasiado respeto por mí y por el Real Madrid cada vez menos al club que todos de que soy capaz dar. Abrazos a todos los madridistas."
Lejos de despejar las dudas, Cristiano ha alimentado un poco más las especulaciones. Ya no se trata de un calentón. Ronaldo tuvo tiempo de sobra para sentarse con su entorno y diseñar el mensaje que quería difundir en las redes sociales, sin duda el mejor semillero para que su discurso se difundiera como un reguero de pólvora, algo que no le debe haber hecho mucha gracia a José Mourinho y al Real Madrid, las otras dos partes interesadas y a quienes el asunto les ha pillado con el paso cambiado.
Creyendo a pies juntillas a Cristiano, el asunto económico queda eliminado. Por tanto, parece evidente que estamos ante un problema de índole profesional. Su relación con Mourinho, posibles rechazos de algunos compañeros, el escaso séquito que acompañó al luso a la gala del mejor jugador de la UEFA...son muchas las teorías que encajan, pero la real, la verdadera, está aún por conocer. Cristiano ya ha jugado sus cartas, ahora le toca al club mover ficha para intentar sofocar un fuego que lejos de apagarse parece que se ha avivado.
Publicado el 5 de septiembre de 2012 a las 11:30.