Karim Benzema, víctima de la impaciencia innata del Madrid
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En pleno mes de junio, Florentino Pérez dio otro golpe de efecto en el mercado. Después de los fichajes de Cristiano Ronaldo y Kaká, llegaba al Bernabéu uno de los delanteros más prometedores del viejo continente: Karim Benzema. La política de contrataciones daba un vuelco para hacer un fuerte desembolso por un jugador que todavía no era un crack de talla mundial. Casi a la misma vez, llegaba a Barcelona Ibrahimovic. Los papeles se habían cambiado.
Fan de Ronaldo Nazario, sus arrancadas, su potencia y su definición dispararon las comparaciones con el delantero brasileño que tantas tardes de gloria había vivido en Chamartín. Karim soñaba con emularle, pero lo que no sabía es que estaba en un club donde las exigencias hacen que el tiempo de aclimatación sea muy breve. De ahí al fracaso, sólo hay un paso. Su compatriota Zidane puede dar fe de ello. Nadie manejó el balón como 'Zizou', pero el paladar refinado (ya no tanto) del Bernabéu le colocó en el disparadero rápidamente.
Han pasado casi nueve meses desde su llegada y Benzema ya sabe lo que significa el Real Madrid, para lo bueno y para lo malo. Da igual el precio de un fichaje o el potencial de un jugador, si éste no goza de los minutos suficientes corre el riesgo de hacer las maletas rápidamente, como le sucedió a Owen. De las comparaciones con Ronaldo se han pasado a las similitudes con Anelka y Karim deberá ganarse a la grada del Bernabéu desde ya.
Se habla de Agüero, de Rooney, de Ribery...todos en mayor o menor medida taparían un poco más la progresión de Benzema. Es la hora de que el galo dé un paso al frente y a esa calidad innata para jugar al fútbol le sume una personalidad similar a la de Raúl o a la de Higuaín, dos casos de futbolistas que sin ser unos virtuosos técnicos se han ganado un sitio en este equipo. Calidad le sobra para demostrar que los 35 millones que costó su fichaje no han sido en balde.
Publicado el 4 de mayo de 2010 a las 18:15.