Archivado en: Real Madrid, Higuaín, Benzema
Sólo nueve días separaron biológicamente a Karim Benzema y a Gonzalo Higuaín. El frío mes de diciembre dio la bienvenida en tierras galas a dos niños que, sin saberlo, acabarían compitiendo por un puesto en la delantera del Real Madrid.
En el verano de 2009, Karim Benzema llegaba a Madrid con el cartel de futuro crack y como una de las apuestas en firme de Florentino Pérez. La ecuación parecía sencilla: la nueva estrella y Raúl conformarían la punta de ataque dejando a Higuaín en el banquillo. Al final, el jugador que parecía ser la esperanza ha acabado siendo un problema.
Las próximas semanas pondrán a prueba la labor de psicólogo de Mourinho. El portugués quiso dejar patente ante los medios que el partido de Copa era importante. El mensaje se le fue de las manos y lo que empezó como un plan para que la prensa tuviera en cuenta que no iba a tirar el torneo ha acabado siendo un linchamiento hacia el francés.
Benzema no estuvo tan mal en la Nueva Condomina, o al menos no peor que en otros encuentros. Conviene analizar el contexto en el que se desarrolló el partido para llamar a la mesura y no caer en la crítica fácil: un equipo encerrado con una motivación extraordinaria y un Madrid plagado de suplentes con mucho menos ritmo de competición que los habituales titulares.
Falta de adaptación o malos consejos como apuntan algunos. Sean cuales sean las razones, lo cierto es que Benzema está dejando pasar una oportunidad fabulosa de consagrarse como el crack que apuntaba en Gerland. Las ganas que pone Higuaín, su desgaste en cada partido y sus ganas de triunfar le han hecho recorrer el mismo camino que Benzema pero a la inversa: desde el más absoluto desconocimiento a ser titular indiscutible.
Cruyff decía que sus delanteros "sólo deben correr quince metros, a no ser que sean estúpidos o estén durmiendo...". El holandés no es Mourinho y desgraciadamente para el Real Madrid Benzema no es Higuaín.
Publicado el 28 de octubre de 2010 a las 15:15.