Archivado en: Benzema, Real Madrid, Auxerre, Liga de Campeones
En el fútbol es un deporte en el que se tiende al dramatismo. La altas expectativas que en muchas ocasiones creamos los medios de comunicación en torno a determinados jugadores hace que éstos salgan al terreno de juego como el condenado que saltaba a la arena del anfiteatro romano.
Por eso, ver a un futbolista sonreír sobre el césped es síntoma de éxito, de liberación. Benzema estaba preso hasta este miércoles de esa tensión que causa el run-run con el que debe convivir cada futbolista que viste la camiseta del Real Madrid en el Santiago Bernabéu.
Su coste y las buenas referencias que traía desde Lyon han jugado en su contra. La paciencia es una virtud que se marchó hace bastante tiempo del estadio blanco. La sequía goleadora del galo y su apatía sobre el terreno de juego le condenaban a la suplencia en favor de un Higuaín que es el polo opuesto. Por la entrega de uno y otro se puede alimentar el debate sobre quién debe ser el '9' de Mourinho; por calidad no.
La previa del partido ante el Auxerre se llenó de tópicos en torno a lo poco que se jugaba el Madrid. Esta idea no la debían de compartir jugadores como Pedro León, Granero o Benzema; conscientes que era una gran oportunidad que no debían dejar pasar. Mientras los dos primeros suspendieron estrepitosamente, el tercero acabó poniendo a la afición de su lado.
Su primer gol fue de oportunista, de saber buscar un balón servido por un CR7 que cuando se disfraza de extremo parece más letal que en otras demarcaciones. El segundo sirve para definir a Benzema: desmarque, control exquisito y definición con la zurda. Aún quedaba la guinda. Sorin cae en la trampa de Karim que le ofrece la línea de pase como salida; el guardameta galo pica e intenta pasar el balón a su defensa, Benzema la roba y eleva con maestría para poner el cuarto en el marcador.
Acabó el partido y Arbeloa buscó el balón para regalárselo a su compañero. Todos quieren que Benzema saque todo el potencial que tiene dentro. Si Karim sonríe más a menudo será síntoma de que a este Madrid de Mourinho le irán las cosas muy bien.
Publicado el 9 de diciembre de 2010 a las 13:45.