Archivado en: Arjen Robben, Real Madrid
Este Real Madrid de Bernd Schuster dejó claro en Turín todas sus virtudes y también gran parte de sus carencias. No se les puede achacar falta de entrega, el gran mal del Madrid 'Galáctico', pero lo que a los Zidanes y Figos les sobraba, es decir, calidad, es una cualidad que se echa en falta en este plantel.
El paralelismo que se me ocurre es el de Rafa Nadal. Cuando el de Manacor no había alcanzado el nivel máximo que ha demostrado esta temporada, tenía que jugar cada bola como si fuera la última incluso con rivales inferiores, en cambio ahora se puede permitir jugar a medio gas algunos choques y sacar el partido adelante. Algo similar le pasa a este Madrid, no ha llegado a ese cénit de calidad y por ello debe emplearse a fondo en cada partido para intentar sacarlo adelante.
Pero en el fútbol, por suerte, no todo es correr y luchar. Además de actitud, un equipo debe tener calidad, sobre todo de medio campo para adelante. Raúl ya no está para grandes empresas, Ruud es un rematador no un regateador e Higuaín está a medio camino entre un '9' y un segundo punta. Con esto, la presencia de Robben es esencial. Los mejores minutos del Madrid en el Comunale coincidieron con la presencia del extremo en el terreno de juego. De todos modos Arjen no es un jugador de 60 partidos por temporada y el Madrid empieza a pagar la mala planificación en materia de fichajes.
Cuando Robben está en forma es el número uno mundial en su puesto. Pertenece a esa clase de jugadores diferentes, que rompen un partido con un par de regates. Ese es uno de los puntos claves del fútbol actual y que el Madrid no puede aprovechar, porque como dijo Guardiola: "Cuando muñeco supera a muñeco, el equipo que defiende está perdido". Este equipo no tiene jugadores de banda y después de lo visto en Turín, sin bandas no hay Décima...
Publicado el 22 de octubre de 2008 a las 15:15.