Real Madrid-CSKA de Moscú: un tuerto en el reino de los ciegos
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No se cumplieron los peores de los presagios y el Real Madrid ya está en los cuartos de final de su competición fetiche. Todo aquel que no haya visto el partido podría pensar que el público del Bernabéu salió satisfecho tras el 4-1 endosado al CSKA de Moscú. Nada más lejos de la realidad. En el ambiente flotaba la sensación de que el equipo blanco no se había empleado a fondo y que, como cualquier estudiante dotado pero con tendencia a la vaguería, había hecho lo justo para aprobar este examen.
Por lo demás, este partido de vuelta dejó más conclusiones negativas que positivas. Mourinho insistió en la rueda de prensa en el trabajo defensivo de Kaká, pero lo cierto es que en ataque ni está ni se le espera. Al público se le ha acabado el poco crédito que se había ganado el brasileño en los dos últimos meses y todo apunta a que cuando vuelva Di María regresará al banquillo, un lugar por el que no es descartable que pase un jugador como Álvaro Arbeloa, inoperante en ataque y muy poco fiable en defensa en los últimos partidos.
Lo mejor, tal vez la vuelta de Benzema. Higuaín se marchó aplaudido y con un nuevo gol en su cuenta que le servirá para alimentar su idea de que tiene suficientes méritos como para ser titular. El argentino también debería pensar en la cantidad de minutos que se pasa casi sesteando, sin participar en la elaboración de las jugadas y cayendo continuamente en fuera de juego. Con la entrada de Benzema, Cristiano, Özil y Marcelo debieron sonreir en su fuero interno: por fin encontraban a un socio ideal para la asociación.
Con Karim o sin él, con Higuaín o Kaká, lo único objetivo es que al Madrid ya no le valdrá con volver a sacar una versión tan pobre como la de ayer. Desde el partido ante el CSKA, se ha dado un paso más hacia la ansiada Décima, aunque el título, si siguen en la línea de este miércoles, está más lejos que nunca. En una Champions muy cosmopolita pero con menos nivel competitivo, a este Madrid le basta con jugar con el freno de mano echado y eso es un peligro tanto para el equipo de Mourinho como para la que se supone que es la máxima competición de clubes.
Publicado el 15 de marzo de 2012 a las 11:30.
