CSKA de Moscú: el que avisa no es traidor
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Son las horas previas a un partido de vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones, pero queda la sensación de que el Real Madrid afronta una cita de trámite. El ambiente invita a la relajación, a pensar que el CSKA de Moscú vendrá a hacerse fotos en el Santiago Bernabéu y que no ofrecerá apenas resistencia. Aunque parezca mentira, los blancos afrontan el partido de esta noche en uno de los peores escenarios posibles.
Todo este ambiente descrito anteriormente sólo tendrá sentido en caso de haber obtenido un resultado contundente en la ida. Sin embargo, el 1-1 de la ida deja a los hombres de Mourinho con la victoria como único resultado válido para estar en el bombo del próximo viernes en Nyon. Sí, es cierto que ese empate obtenido en Luznhiki no ha provocado que se vuelva a invocar al espíritu de Juanito y que se recuerden aquellas remontadas épicas que alimentaron la leyenda del miedo escénico; pero en la historia de este deporte aparecen muchos y notables ejemplos para desconfiar de la presunta facilidad del partido de esta noche.
A priori, la plantilla del Real Madrid es muy superior a la del CSKA y el hecho de jugar en un Santiago Bernabéu abarrotado debería servir para acabar de decantar la balanza definitivamente. Sin embargo, conviene recordar que no hace tanto tiempo (más o menos un año) se seguía hablando del muro de los octavos de final. La victoria del año pasado ante el Olympique de Lyon puso fin a seis temporadas consecutivas en las que el nombre del Real Madrid no aparecía entre los ocho mejores de la Liga de Campeones, ni siquiera en el primer año de Cristiano Ronaldo, Kaká y Benzema.
Para alimentar más esta teoría, valgan dos eliminatorias del pasado. Una de ellas la protagonizó el Real Madrid en la temporada 90-91. En ella, los blancos sacaron un empate a cero ante el Spartak. Butragueño puso el 1-0 a los 5 minutos del partido de vuelta y todo parecía coser y cantar, pero Radchenko y Popov pusieron el 1-3 definitivo.
No hace falta retroceder tanto en el tiempo para recordar la última gran sorpresa del CSKA de Moscú en la Liga de Campeones. Fue en la temporada 2009-2010 y su víctima fue otro equipo español, en este caso el Sevilla. Tras empatar a uno en la ida, los hispalenses no pudieron corroborar su pase a cuartos tras caer en casa por 1-2.
Creo que los motivos expuestos son más que suficientes. El Madrid debe hacer valer su condición de favorito, pero no por ello debe caer en la relajación. Quien avisa no es traidor.
Publicado el 14 de marzo de 2012 a las 10:00.
