De punta en blanco. Real Madrid

Recordaba el gran analista Marcos López, autor del blog 'Futbolitis' y ahora asesor deportivo de la Roma, que el Chelsea que entrenó José Mourinho desde 2004 era "el contragolpe más rápido que habían visto sus ojos". En este Madrid no juegan Kezman, ni Duff, ni siquiera Robben; pero su forma de jugar cada vez guarda más paralelismos con ese Chelsea al que la mala suerte alejó de ganar la Champions.

Salió el Ajax al Bernabéu con la intención de ahogar la salida de balón blanca y el plan de De Boer dio resultado durante 20 minutos aproximadamente. Los marcajes a Özil y Xabi Alonso eran la razón de un juego espeso de los madridistas, una imagen que se fue al traste cuando se juntaron Ronaldo, el propio Özil, Kaká y Benzema, cuatro jugadores a los que se les afilan los colmillos cuando ven espacios por delante para correr. Así nació el 1-0, un gol que debería enseñarse en las escuelas de fútbol como manual del contragolpe.

El tanto sirvió para que el Ajax dejara más espacios a la espalda de su defensa y ahí emergió la figura de un incomensurable Xabi Alonso que no se cansó de tirar pases con escuadra y cartabón. Lo del tolosarra dejó de ser noticia hace tiempo. Sí lo es en cambio que Kaká dejara de una vez de ser esa figura gris sobre el césped del Bernabéu. El brasileño jugó como enganche puro gracias a que Özil actuaba como falso interior diestro. Con Benzemá cayendo a las bandas, al ex del Milan se le abría un campo de acción que conoce a la perfección.

Que Kaká estuviera presente en todos los goles del Madrid habla bien del estado físico del brasileño, pero también de la endeblez defensiva del Ajax y sobre todo del juego de contragolpe blanco, algo que le va a Kaká como anillo al dedo. Aún le quedan por pasar exámenes de mayor nivel. Todavía es pronto para establecer un juicio, pero Kaká empieza a parecerse a ese futbolista por el que el Madrid se gastó la friolera de 63 millones...tres años después.

Publicado el 28 de septiembre de 2011 a las 10:45.